Un análisis de la calificadora Moody’s señaló que los estados mexicanos tienen reservas muy limitadas para la reconstrucción y apoyo a la población afectada por desastres naturales, así como para llevar a cabo acciones de prevención. Entre 2020 y 2022, el saldo promedio de los fondos etiquetados para desastres naturales de los estados calificados por Moody’s Local México fue equivalente al 0.15% de sus ingresos operativos, constituyendo un margen muy limitado para responder a eventos de alto impacto. Los choques provocados por desastres naturales pueden generar presiones en la liquidez en el corto plazo, resultado de los gastos que se realizan para cubrir las necesidades inmediatas a la población tras el desastre, según la calificadora.
Además, los desastres naturales también pueden tener impactos negativos en los ingresos propios de los estados y municipios, especialmente cuando tienen repercusiones adversas en la actividad económica a nivel regional o local. Por otro lado, el cambio en el marco institucional del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) podría afectar la capacidad de apoyo del gobierno federal en el futuro.
En cuanto a las reservas del Fideicomiso del Fonden, se registró un saldo de 27 mil 602 millones de pesos al cierre de 2020. Sin embargo, para el periodo 2021-2023 y el presupuesto aprobado para 2024, el monto designado para el Fonden ha fluctuado entre 8 mil 727 millones y 17 mil 985 millones de pesos, por debajo del gasto promedio anual de 18 mil 141 millones a cargo del Fonden entre 2016 y 2021, lo que representa un cambio significativo.
La ley establece que los estados deben constituir fideicomisos públicos fondeados con aportaciones anuales para atender desastres naturales, pero la mayoría de los estados hacen las contribuciones mínimas establecidas en la ley. Por último, se destaca que algunos estados como Oaxaca, Chiapas y Veracruz han sufrido mayores daños por desastres naturales, mientras que otros son mucho menos vulnerables.
EL CASO DE OTIS
Guerrero, donde azotó el huracán Otis con categoría 5, actualmente no tiene cobertura por un seguro contra desastres naturales, lo que lo obligará a depender de transferencias federales debido a la magnitud del desastre natural. Además, tendrá que tomar créditos de corto plazo adicionales en el cuarto trimestre de 2023 para cubrir el mayor gasto por el huracán.