En un mundo en constante movimiento, mantener una rutina diaria puede ser un desafío, especialmente cuando se trata de México durante la temporada navideña. Para muchos de nosotros, las rutinas sirven como pilares de estabilidad y nos brindan una sensación de normalidad en medio del caos de los viajes. Sin embargo, resistirse a los platos festivos preparados por tu abuela, tu madre o alguien que se preocupa por ti puede resultar un desafío. Al mismo tiempo, todos trabajamos durante todo el año para mantener nuestra salud y apariencia, y es estresante sentir que ponemos en peligro todo durante la temporada navideña.
Entonces, compartiré mi enfoque si quieres algunos consejos para manejar tu rutina sin sentirte culpable y evitar por completo los platos deliciosos.
Hace tiempo que comienzo mis mañanas con una rutina que ha contribuido a mi bienestar. Comienzo mis días con un vaso de jugo de apio, hábito que he incorporado a mi vida en los últimos años. Ayuda a la digestión, reduce la inflamación y desintoxica el cuerpo, siempre útil después de comer demasiados tamales.
Una alternativa más sencilla es el jugo verde, que puedes conseguir en cualquier establecimiento de México que sirva desayunos. O un vaso de agua con jugo de limón, que sirve como elixir hidratante y alcalinizante, acelerando el metabolismo y estimulando la función inmune. Continúe esta combinación con una sesión de meditación y estiramiento, estableciendo un tono positivo para el día siguiente mientras calma sus nervios después de escuchar la historia de su tío por décima vez. Hacer esto es factible en México o donde quiera que estés.
Cada componente de esta rutina contribuye a la felicidad y el bienestar general. Sin embargo, el desafío surge cuando la familiaridad del hogar se cambia por la emoción de un viaje de vacaciones. Durante la Navidad –especialmente en México, entre posadas, tamalesbuñuelos, piñatas, poncho y todos los beneficios que definen la temporada: no es tan fácil ceñirse a la rutina establecida. Las fiestas se convierten en un delicado equilibrio entre saborear la alegría de las reuniones festivas y mantenerse fiel a los rituales que alimentan su cuerpo.
El secreto está en adaptarse. Si bien puede resultar poco práctico replicar la rutina exacta en la carretera, incorporar elementos de ella puede ser un compromiso realista. La próxima vez que vayas a desayunar tómate un jugo verde (¿me puede traer un jugo verde?, por favor… ¿qué lleva?, disculpe). Mientras almuerzas o cenas con amigos o familiares durante tus viajes, en lugar de pedir una limonada súper dulce, prueba pedir un vaso de agua y una lima como acompañamiento (¿Me puedo traer un vaso de agua con un limón aparte, por favor?) y bébalo antes de llevar cualquier alimento al estómago. Por otro lado, si le resulta difícil encontrar un momento a solas, opte por el entorno local para meditar y estirarse, convirtiéndolo en una aventura al aire libre o en un momento de tranquilidad asimilándolo todo.
Las fiestas son un momento de celebración y conexión; El estrés por una rutina alterada puede eclipsar la alegría de la temporada. Encuentre un equilibrio que funcione para usted, que le permita flexibilidad y al mismo tiempo priorice su bienestar. Después de todo, la esencia del espíritu navideño es el don de la presencia: estar plenamente involucrado en el momento, ya sea con sus seres queridos o saboreando los platos caseros de su madre.
Paulina Gerez es traductora-intérprete, creadora de contenidos y fundadora de Crack The Code, una serie de cursos online centrados en idiomas. A través de sus redes sociales ayuda a las personas a ver el aprendizaje de un idioma desde otra perspectiva a través de sus divertidas experiencias. Instagram: paulinagerezm / Tik Tok: paugerez3 / YouTube: paulina gerez