Los trompos y baleros son juguetes que han quedado en el pasado, pero también las muñecas y peluches. Los niños de hoy piden videojuegos, tablets y kits para ser «youtubers».
En un sondeo entre vendedores de juguetes en diversos comercios, coincidieron en que los juguetes tradicionales hoy han sido totalmente desplazados por la tecnología, al grado de que lo virtual se ha convertido prácticamente en el mayor interés de los menores, una vez que saben leer y escribir.
«Tenemos peluches, los ositos, los coches a control remoto, transformers, monos de lo que se te ocurra, pero los niños llegan preguntando por las tablets, hoy prefieren una pantalla smart para ver contenidos de internet antes que cualquier juguete», comenta Leticia Rodríguez, vendedora en una juguetería.
En el sitio, se observa a niños pequeños que corren por los pasillos con sus papás y mamás de la mano: «quiero esto», «también esto», «y esto», señalan toda clase de juguetes, mientras los adultos sólo asienten: «pídeselos a Santa Claus».
Pero ya son los menos, según cuenta René Martínez, vendedor en una tienda departamental: «los chiquitos sí vienen y escogen cientos de cosas, pero ya los niños de primaria no muestran el mismo interés, ellos ya piden videojuegos, tablets, teléfonos celulares, ya no se entretienen con un juguetito».
En el departamento de juguetes, Santiago, de 8 años, recorre los pasillos observando los anaqueles, pero sin mostrar interés en nada específico. Le pregunta al vendedor dónde están los videojuegos y lo remite a otra área de la tienda.
«Yo le pedí a Santa Claus un kit para ser youtuber, también una tablet«, dice el menor, asegura que se ha portado muy bien, así que espera estar en la lista de niños buenos a los que el hombre de rojo sí les lleva regalos.
En el mercado Alianza aún se pueden encontrar juguetes ochenteros, los tradicionales luchadores en un ring de plástico, carros de madera, trompo, canicas, yo-yo, perinola, balero, matraca, soldaditos verdes, son muchos los juguetes que los mayores de 40 años recuerdan de su infancia, que no requerían baterías, sino una gran imaginación. Pero muy pocos niños los consumen actualmente.
«Los trompos y los juguetes así ya se venden muy poco, ya todo es más electrónico, ya no se le pone atención a estos juguetes», comentó Beatriz Pérez, comerciante.
Estos juguetes son considerablemente más económicos, la mayoría oscila entre los 40 y 80 pesos, además de que son elaborados en forma artesanal.
En las compras de juguetes, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda buscar información sobre lo que les interesan a los niños, así sabrá de sus características, las habilidades y capacidades que desarrollan y si son adecuados para ellos acorde con su edad.
Cada tipo de juguete estimula un aspecto especial de su crecimiento. Por ejemplo, los juguetes educativos desarrollan la creatividad, imaginación, capacidad de concentración y la memoria, en tanto que las bicis, patinetas y patines estimulan su capacidad motriz.
El alto precio de los juguetes que adquieran los papás no garantiza la diversión del niño, un juguete complicado y muy sofisticado, no sólo puede relegar al niño a ser un simple espectador, sino de no cumplir con su función y volverse aburrido.
Se recomienda a los padres de familia comparar precios para que así no paguen de más por un mismo producto. Y ese desembolso adicional lo puedan ahorrar o gastar en alguna otra cosa o invertir en más juguetes.