Ciudad de México. El financiamiento restringe los modelos de negocio fintech centrados en préstamos y la reglamentación que se limita a los pagos electrónicos y los modelos de financiación colectiva han derivado en que, “para eludir los límites de la regulación fintech, algunos de estos nuevos actores estén comprando entidades reguladas, incluidos bancos, Sofipos o casa de bolsa, para ampliar su oferta de servicios”, reportó Fitch Ratings.
Desde que se aprobó la legislación fintech en 2018, se han aprobado oficialmente 23 fintechs en financiamiento colectivo y 43 en servicios de pago, consignó la firma de riesgo. Sin embargo, “entre las 39 sofipos y casas de bolsa en México, al menos una docena operan dentro del espacio fintech. Su rápido crecimiento contribuyó a casi todo el crecimiento interanual del 61 por ciento del sector”, reportó Fitch.
Fitch enfatizó que la baja inclusión financiera de México ofrece un espacio significativo para la expansión del mercado financiero en general, lo que debería respaldar el crecimiento y la participación de los grandes bancos comerciales, pese a la creciente competencia de fintechs (empresas que usan tecnología para brindar servicios financieros) y otras instituciones financieras no bancarias (IFNB).
En el país, los préstamos al sector privado por parte de instituciones financieras representan sólo el 36 por ciento del PIB, en comparación con otros países de América Latina donde promedian el 54 por ciento; y la carga de la deuda de los hogares es una de las más bajas de la región, incluso cayó a 16 por ciento hasta septiembre del año pasado, desde el máximo 17.4 por ciento que alcanzó durante la pandemia.
Actualmente, los grandes bancos comerciales de México brindan la mayoría de los servicios financieros del país, como el 56 por ciento del crédito privado, mientras que otros modelos de negocios, con IFNB reguladas y no reguladas, bancos de desarrollo y otros prestamistas, comprenden el resto del mercado.
Se espera que “continúe el crecimiento y la mayor competencia de los actores no bancarios”; sin embargo, Fitch enfatiza que “su rentabilidad sostenida es menos segura debido al enfoque de las fintech en individuos más riesgosos y productos de bajo margen (es decir, pagos o transferencias), costos crediticio potencialmente más altos debido a controles de riesgo no probados”.
«Esperamos que los actores digitales individuales no ganen más que unos pocos puntos porcentuales de participación de mercado dada la hegemonía de los bancos tradicionales. (…) Cualquier impacto en la calificación a corto plazo de una mayor inclusión y competencia entre las IFNB y las fintech en los grandes bancos calificados en México será limitado”, acotó, en parte porque esas grandes instituciones también han invertido en digitalización.