No es ningún secreto para los lectores de esta columna mi postura sobre la guerra de Israel en Gaza.
Israel debe destruir a Hamás como fuerza militar y política en el territorio y al mismo tiempo minimizar el daño a los civiles. Debe hacer todo lo que pueda para rescatar a sus rehenes sin poner en peligro el objetivo primordial de destruir a Hamás. Debe, mediante la diplomacia o la fuerza, expulsar a Hezbollah de la frontera sur del Líbano, para que 60.000 israelíes puedan regresar sanos y salvos a sus hogares en el norte. Debe llevar la batalla directamente, como lo hizo la semana pasada en Damasco, a los patrocinadores de Hamás y Hezbolá, ya sea en Siria, Qatar o Irán.
Y para que todo eso suceda efectivamente, Benjamín Netanyahu debe irse.
He escrito versiones de esta columna antes, pero el desastroso compromiso de Netanyahu con Hamas antes de que llevara a cabo la masacre del 7 de octubre y su conducción de la guerra desde entonces la han hecho vital. La necesidad volvió a quedar dolorosamente obvia el jueves pasado, cuando Nir Barkat, ministro israelí de centroderecha y ex alcalde de Jerusalén, fue destruido en “Morning Joe” de MSNBC.” Barkat es un hombre decente y valiente que podría ser un futuro primer ministro creíble. Pero se derrumbó cuando el presentador del programa, Joe Scarborough, lo retó a explicar las políticas de Netanyahu antes del 7 de octubre.
¿Por qué –parafraseando a Scarborough y sus coanfitriones– Netanyahu le pidió a Qatar que financiara a Hamas con cientos de millones apenas unas semanas antes de la masacre? ¿Por qué la mayor parte del ejército israelí no estaba cerca de Gaza en las primeras horas del ataque? ¿Por qué el gobierno israelí tiene respuestas tan torpes cuando se trata de necesidades humanitarias legítimas en Gaza?
Barkat afirmó, débilmente, que la política había sido equivocada y que todo se investigaría después de la guerra. Cuando un ministro israelí se ve obligado a humillarse en la televisión estadounidense porque no puede reunir ni los sofismas ni el servilismo que requeriría una respuesta más suave, es una señal de que está en el gobierno equivocado.