“El Show de Chespirito” fue una comedia de payasadas creada para un público infantil. Se transmitió inicialmente de 1970 a 1973 y luego de 1980 a 1995, presentando personajes icónicos en sketches situacionales. En ese entonces, no había muchos canales de televisión para elegir, así que todos veían lo que transmitía Televisa. Se transmitía todos los lunes a las 8 p. m., recuerdo con cariño verlo con mis hermanos en la mesa de la cena.
Roberto Gómez Bolaños, el creador
En la década de 1950, Roberto Gómez Bolaños comenzó su carrera como escritor para una agencia de publicidad antes de pasarse a escribir para programas de televisión. Adoptó el apodo de Chespirito porque alguien que admiraba sus escritos lo llamaba “Shakespirito”, que significa “pequeño Shakespeare”.
En la década de 1970, Bolaños creó “El Show de Chespirito”, en el que se desempeñó como escritor, director y actor principal. El espectáculo contaba con un colorido elenco de personajes, todos ellos traídos a la vida por un puñado de actores talentosos que alternaban entre roles.
La versatilidad y el encanto de este elenco contribuyeron significativamente a la popularidad duradera del programa. En su apogeo, “Chespirito” fue un fenómeno cultural que cautivó a unos 350 millones de espectadores por episodio en México y América Latina.
El Chavo del 8, el huérfano maltratado
Sin embargo, los mensajes que transmitía Chespirito no encajarían en los estándares de la programación infantil de hoy en día. La estrella del segmento del “Chavo del 8” era un niño huérfano que vivía dentro de un barril de madera en el patio de un barrio humilde.La comunidad se burlaba de él por ser pobre y no ser querido. Lo único que ansiaba era un sándwich de jamón, que rara vez conseguía.
El Chavo, que vestía continuamente el mismo traje sucio y roto, era un niño triste, solitario y hambriento. Aunque espero que todos hayan visto este segmento como una lección sobre cómo no tratar a los necesitados, me temo que normalizó el abandono con una pista de risas.
Los vecinos despreciaban duramente a El Chavo por cada metedura de pata, a pesar de su corta edad. Cuando lo atrapaban, bajaba la mirada, se encogía de hombros y se disculpaba con la frase “Fue sin querer queriendo” (que significa “lo hice sin querer, a propósito”). Esta frase, pronunciada con una mezcla de inocencia y complicidad, se volvió icónica.
Cuando se enfrenta a una amenaza abrumadora, El Chavo sufriría una garroteraEn ese estado, sus rodillas y brazos se debilitaban y adoptaba una mirada perdida y paralizada. La única forma de sacarlo de esa situación era tirándole agua en la cara. Me gusta creer que cualquier persona que sufriera esos síntomas disociativos hoy en día recibiría una atención médica psiquiátrica adecuada.
El Chapulín Colorado, el superhéroe inútil
Gómez Bolaños también interpretó al personaje del Chapulín Colorado. Este rescatador tambaleante vestía un mono rojo brillante que lo cubría de pies a cabeza y mostraba su escuálida figura. Llevaba su ropa interior amarilla encima de sus pantalones, una parodia de Superman. Sus antenas de vinilo le permitían sentir el peligro y luchaba contra los criminales con un martillo de plástico chirriante llamado chipote chillon.
Utilizando los efectos especiales disponibles para la televisión en ese momento, a veces tomaba chiquitolina Pastillas que lo encogían hasta 20 centímetros de alto, lo que le permitía escapar de situaciones complicadas. A pesar de sus artilugios, El Chapulín Colorado hablaba más que actuaba, y a menudo hablaba con refranes confusos. Esto se sumaba a la desesperanza de los personajes en peligro cuando aparecía espontáneamente al preguntar: “¿Quién me ayuda ahora?”.
Profesor Jirafales, el maestro que no quieres para tus hijos
En esta clase, que incluía algunos personajes icónicos, el único miembro del profesorado era el profesor Jirafales, interpretado por el actor Rubén Aguirre. Fumaba constantemente un puro y solía arremeter con rabia contra los niños, humillándolos por no saber la respuesta a preguntas al azar. Con frecuencia gritaba “ta ta taaaaaa” en un ataque de ira, intentando restablecer el orden cuando el aula se convertía en un caos.
Doctor Chapatín, el médico inepto
Bolaños también interpretó al Doctor Chapatín, un profesional médico senil. Era el único médico disponible, pero irremediablemente incapaz. Conocido por su temperamento irascible, signos de demencia y pérdida auditiva significativa, el Doctor Chapatín solía decir “me da cosa” (que significa “me da escalofríos”) para evitar tareas desagradables. Cuando se enojaba, no dudaba en golpear a cualquiera que estuviera cerca con su bolso, especialmente si se atrevían. Llámalo viejo. Los defectos exagerados de este personaje pusieron de relieve la crítica del programa a la incompetencia profesional y lo absurdo de confiar en esos expertos.
Las batallas legales no son un asunto divertido
A principios de los años 70, Roberto Gómez Bolaños y Florinda Meza se conocieron mientras ella actuaba en su espectáculo. Su relación profesional se transformó en una relación personal, a pesar de que Bolaños estaba casado y tenía seis hijos. Esta relación generó mucha tensión, ya que la primera familia de Bolaños nunca aceptó a Meza. La pareja mantuvo una relación duradera, tanto personal como profesional, y finalmente se casó en 2004.
Se han presentado numerosas demandas por cuestiones de derechos de autor. Años después de finalizar la producción, muchos actores deseaban seguir interpretando a sus amados personajes en otros proyectos. Bolaños los llevó a los tribunales, argumentando que él los había creado y era su dueño. Su muerte en 2014 motivó muchos homenajes y surgieron múltiples verdades inquietantes.
Desde la muerte de Bolaños, su hijo Roberto Gómez Fernández ha estado muy involucrado en la gestión y protección del legado de su padre. Fernández se convirtió en el jefe de Grupo Chespirito, que supervisa los derechos de las obras de su padre. Fernández ha estado involucrado en varias disputas legales, en particular con Televisa, que resultaron en el cese de la transmisión de los programas de “Chespirito” en 2020.
La dinámica legal entre Florinda Meza y Roberto Gómez Fernández ha sido compleja y polémica. Meza ha participado activamente en batallas legales para proteger el legado de su esposo y sus propios derechos. Ha iniciado acciones legales contra Gómez Fernández, en particular en relación con la producción de una serie biográfica sobre la vida de Bolaños. Afirma que la serie no obtuvo su consentimiento y que está retratado sin tener en cuenta la verdad ni el respeto.
El complejo legado de este icónico programa combina su encanto imperecedero con los aspectos más oscuros de su dinámica detrás de escena. Las tonterías y las frases memorables del programa siguen ocupando un lugar especial en los corazones de millones de personas. El legado de Roberto Gómez Bolaños sigue vivo, tanto celebrado como criticado, como una de las figuras más influyentes en la historia de la televisión mexicana.
Sandra Gancz Kahan es una escritora y traductora mexicana radicada en San Miguel de Allende que se especializa en salud mental y ayuda humanitaria. Cree en el poder del lenguaje para fomentar la compasión y el entendimiento entre culturas. Puede comunicarse con ella en: [email protected]