El Sector Privado de Yucatán lanza un duro golpe a la gestión de Michelle Fridman Hirsch, la secretaria de Fomento Turístico, acusándola de manejar erráticamente los recursos del sector y poner en riesgo el desarrollo turístico del estado. En una reciente disputa pública, empresarios hoteleros han denunciado que las decisiones de Fridman han llevado a la cancelación de vuelos cruciales como la ruta Mérida-Atlanta, que era vital para la conexión internacional del estado.
La controversia se avivó cuando Fridman Hirsch responsabilizó a los empresarios por no aprobar su plan de promoción, lo que provocó una baja afluencia de turistas este año. Sin embargo, los líderes del sector privado, como Juan José Martín Pacheco, presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles en Yucatán, han respondido señalando que la falta de claridad y transparencia en el uso de los recursos ha sido la verdadera causa del problema.
Las cifras que circulan son alarmantes: según los empresarios, el presupuesto propuesto para 2024 por la Sectur apenas contempla un 50% para la promoción turística, desviando millones de pesos hacia fines cuestionables, entre ellos la impresión de un polémico libro sobre gastronomía que, a pesar de haber sido financiado con recursos públicos, fue regalado en lugar de ser utilizado como herramienta de promoción efectiva.
“No hay claridad, no sabemos a dónde van a parar los recursos”, afirmó Federico Domínguez Tiburcio, representante de Hoteles de Gran Turismo, quien exigió que se haga una auditoría independiente para esclarecer el destino de los fondos. Otros empresarios, como Jorge Carrillo Sáenz, presidente del Cetur, han sido igual de críticos, sugiriendo que los fondos podrían estar siendo malversados.
En un contexto donde cada peso cuenta para reactivar el turismo, los empresarios han expresado su indignación por la aparente indiferencia de la Sectur hacia sus propuestas. La controversia amenaza con escalar, y algunos analistas sugieren que podría haber repercusiones legales si se comprueba la mala gestión de los recursos.
Mientras tanto, los turistas siguen esperando, literalmente, en el aeropuerto, ante la cancelación de vuelos cruciales, atrapados en una tormenta de mala gestión y decisiones polémicas. ¿Será este el principio del fin para la gestión de Fridman Hirsch en Yucatán? Solo el tiempo lo dirá, pero la presión sigue en aumento.