Por: Shane Goldmacher and Katie Rogers
La vicepresidenta se adueñó de gran parte de la noche, manteniendo a Trump a la defensiva y evitando que se centrara la atención en sus propias vulnerabilidades.
Kamala Harris dominó en su primer debate contra Donald Trump, exhibiendo sus habilidades de fiscal para aprovechar cualquier oportunidad de irritar al expresidente en un embate de 90 minutos en el que se enfrentaron visiones y estilos.
Expresaron feroz desacuerdo en torno al aborto y la economía, la inmigración y la guerra en Ucrania. Pero a lo largo de la noche, Trump se halló en una posición defensiva, volviendo a defender su historial en lugar de destrozar el de Harris.
El contraste quedó en evidencia incluso cuando los micrófonos estaban en silencio. Ella sonreía. Él fulminaba con la mirada. Él habló más, pero ella estableció los términos de la velada.
Estas son seis conclusiones de un debate que marcó un destacado revés del de junio, en el que los demócratas quedaron tan desanimados que después cambiaron a su candidato.
Harris tendió trampas. Trump cayó en ellas
Kamala Harris, a la derecha, y Donald Trump en un apretón de manos en el escenario del debate en el atril deTrump. Fue el primer apretón de manos en un debate presidencial desde 2016.
Harris atravesó el escenario para darle a Trump el primer apretón de manos en un debate presidencial desde 2016. Era la primera vez que se encontraba con Trump en persona, y su intención era presentarse: “Kamala Harris”, dijo, mientras él le cogía la mano. “Diviértete”, le indicó Trump.
Y vaya que pareció lograrlo. Él no.
Harris dominó el acto casi desde el inicio. Ella puso el cebo. Él mordió el anzuelo. Empezó cuando ella insistió en que los seguidores de Trump, aburridos, habían estado yéndose de sus mítines. Continuó con el comentario de que Trump había heredado la riqueza de su padre. Y siguió mencionando a los críticos republicanos de Trump, entre ellos los que fueron parte de su gobierno.
A contrapié, Trump se metió una y otra vez en callejones sin salida retóricos.
En un momento, Harris invitó a los televidentes a ver un mitin de Trump a fin de tener un panorama menos filtrado del exmandatario. “No lo van a oír hablar de sus necesidades”, dijo.
En lugar de abordar las necesidades de los votantes, Trump respondió comentando sobre el tamaño de las concurrencias.
“La gente no se va de mis mítines”, objetó.
Entonces pasó a mencionar las afirmaciones ya desacreditadas de la derecha según las cuales los inmigrantes comen mascotas en una ciudad de Ohio, lo que ocasionó que David Muir, uno de los moderadores de ABC News respondiera con verificación de datos.
“Hablando de extremos”, Harris se rio de su rival.
Trump defendió su historial
En los primeros cinco minutos, Harris miró a la cámara y le dijo a los televidentes lo que podían esperar de Trump: “el mismo manual viejo y agotado, un montón de mentiras, agravios e insultos”
De hecho, habló menos de lo que haría si gana un segundo mandato y pasó más tiempo tratando de aclarar su historial. Defendió su manejo de la pandemia, su decisión de despedir a sus principales asesores militares e incluso su respuesta de hace siete años a la manifestación mortífera de la extrema derecha en Charlottesville, Virginia. Trump falló en un momento en el que él esperaba estar a la ofensiva: la gestión de la caótica retirada de Afganistán en el gobierno de Joe Biden y Kamala Harris. En lugar de eso, se encontró defendiendo su decisión de invitar a los talibanes a Camp David en 2019.
Harris obligó a Trump a defender su cercanía a líderes autoritarios como el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán y el pasado cortejo del presidente ruso Vladimir Putin, “un dictador que te comería en el almuerzo”, dijo Harris. Incluso lo provocó al dirigirle un epíteto que él usa para ella —”débil”— en materia de seguridad nacional. Él le respondió que ella era “débil”. Harris miró directamente a la cámara mientras se presentaba como la candidata del futuro y lo obligaba a defender la violencia del 6 de enero de 2021. “No tenemos que volver atrás”, dijo, “No volvamos atrás”.
Harris aprovechó su ventaja en el tema del aborto
El aborto fue una de las oportunidades perdidas por el presidente Biden en el primer debate, mientras que fue uno de los momentos más fuertes de Harris. Trump es plenamente consciente de su vulnerabilidad en el tema del aborto, debido a que nombró a los jueces de la Corte Suprema que ayudaron a anular el caso Roe contra. Wade. A pesar de ello, evadió la cuestión de vetar una prohibición nacional. “No, no estoy a favor de la prohibición del aborto”, dijo “Pero no importa, porque los estados se han hecho cargo del tema”. Incluso rebatió a su propio candidato a la vicepresidencia, el senador JD Vance, de Ohio, quien había expresado una apertura a una prohibición nacional. “No lo he discutido con él, para ser completamente justos”, dijo Trump. Trump, de 78 años, sonaba de su edad cuando trataba de argumentar sobre su postura sobre la fertilización in vitro: “He sido líder en materia de fertilización”, declaró. Harris, de 59 años, se lanzó contra Trump. Calificó su postura como un “insulto a las mujeres de Estados Unidos” y dijo que había conocido a mujeres a lo largo del país cuya salud y su vida se habían visto amenazadas por las restricciones al aborto. Un funcionario de la campaña de Harris dijo que el intercambio sobre el aborto, que se realizó en la primera media hora, fue uno de los mejores de la noche en los grupos de discusión que su equipo realizó en los estados de tendencia electoral incierta.
Trump no ocultó su desprecio por Harris
Durante una buena parte del debate, Harris expresó sus sentimientos por Trump con su lenguaje corporal: ponía su mano bajo su barbilla, se reía y fruncía los labios con una expresión de perplejidad.
Trump, quien parecía evitar mirar a Harris, expresó sus sentimientos gritándole al micrófono.
Harris le advirtió que los líderes mundiales se estaban “riendo de Donald Trump” y que lo veían como una “vergüenza”. Y cuando se refirió a la derrota del expresidente en la elección de 2020 como el momento en que fue “despedido por 81 millones de personas”, él se enfadó visiblemente.
Cuando Harris sacó a colación las condenas criminales de Trump, este acusó sin fundamentos a los demócratas —y por extensión a Harris— de poner el sistema judicial en su contra: “Probablemente me dispararon en la cabeza por las cosas que dicen de mí”, afirmó. En un cierto momento, cuando Harris trató de hablar en un micrófono apagado, Trump, versado en insultos extemporáneos, usó en contra de Harris una de las frases memorables que ella dijo en el debate vicepresidencial.
“Yo estoy hablando, si no te importa, por favor”, dijo Trump visiblemente enfadado. “¿Te suena familiar?”.
Trump también respondió con titubeos una pregunta sobre sus comentarios previos en que cuestionó la identidad racial de Harris. “Todo lo que puede decir es que leí que ella no era negra, algo que ella sacó. Y yo digo eso, y luego leí que ella era negra. Y está bien. Cualquiera de las dos está bien por mí. Es cosa de ella”, dijo. “Es cosa de ella”.
Harris calificó el uso de Trump de la raza para dividir a los estadounidenses de “una tragedia”.
Harris perdió algunas oportunidades
Una de las pocas frases memorables de Trump, si bien pareció un poco prefabricada, fue cuando se burló de Harris por la falta de detalles en su plan.
“Le copió el plan a Biden. Y es como, cuatro oraciones”, dijo. “Como un libro infantil”.
En su respuesta, Harris profundizó más en el plan de Trump que en el suyo propio. Fue lo común en un debate en que ella lucía más cómoda hablando de Trump que exponiendo sus propios planes para la presidencia.
Cuando los moderadores le pidieron que explicara una lista de las políticas en que ha cambiado de rumbo, incluyendo su apoyo inicial a prohibir la fracturación hidráulica y a descriminalizar los cruces en la frontera, Harris abordó solo la primera después de prometer que las discutiría todas: “no prohibiré la fracturación hidráulica”, dijo, antes de virar rápidamente hacia la crianza de Trump como hijo de un desarrollador inmobiliario.
De hecho, el único momento en el que Harris mostró algo de nervios fue en la primera pregunta, cuando intentó incluir muchos de sus planes económicos —un crédito tributario por hijos, una deducción fiscal para pequeñas empresas— en una sola respuesta.
Trump extrañó a Biden
Uno de los objetivos de Trump era vincular a Harris con las políticas más impopulares de Biden, en particular las referentes a la economía y la inmigración, acusando al gobierno Biden-Harris de permitir el paso de “millones” de inmigrantes por la frontera suroeste.
No logró hacerlo durante la mayor parte de la velada. En su lugar, se burló de un hombre al que parece extrañar como rival. “Ahora le despiertan a las 4 de la tarde”, dijo Trump en un momento sobre Biden.
Harris presionó a su rival sobre su fijación. “Es importante recordarle al expresidente”, dijo, “no estás postulándote contra Joe Biden, sino contra mí”.
La campaña de Trump ha presentado a Harris en los anuncios como “peligrosamente liberal”. Pero el martes, Trump cambió de opinión en cuestión de un minuto, de decir que Harris lo estaba imitando tanto que estaba considerando regalarle “una gorra MAGA” a llamarla “marxista”.
No fue sino hasta las intervenciones de cierre, cuando Trump pareció encontrar su ritmo en su tarea de vincularla con Biden. “Ella dice que va a hacer todas estas cosas maravillosas”, dijo sobre varias de las promesas de Harris. “¿Por qué no las ha hecho?”.
Harris no tuvo que responder, pues el debate había acabado.
Pero Trump no había terminado. Como buen vendedor, se dirigió a la sala de prensa para repasar su propia actuación.
“Ha sido el mejor debate de mi vida”, dijo.