Si bien los artistas visuales mexicanos han utilizado en sus obras el texto, ya sea letras, palabras, frases o escrituras ficticias, desde hace un siglo, “hoy existe más posibilidad de que, de alguna manera, el signo lingüístico se independice y por sí mismo se pueda considerar un objeto con plasticidad que también signifique”.
La especialista Eloísa Hernández Viramontes acaba de publicar La palabra como lenguaje artístico. Prácticas textuales en México (Saenger Editores), el primer título que aborda el tema de manera integral y llega a la conclusión de que ha sido una estrategia muy recurrida.
Los lenguajes visual y verbal tienen códigos disímiles que se unen en el terreno de lo simbólico. Son un punto de intersección entre lo legible y lo visible. Y es donde surgen las prácticas textuales”, explica en entrevista con Excélsior.
La maestra en Arte Moderno y Contemporáneo recorre el siglo XX hasta la segunda década del siglo XXI, “época en que la palabra ha cobrado una fuerza fundamental en los discursos estéticos”.
Conformado como una cartografía o un mapa, el libro documenta los modos y los contextos en que más de 60 artistas de diferentes generaciones han trabajado la estrategia textual, ya sea a través de las disciplinas pictórica, escultórica, instalaciones y acciones; “reflexionando sobre situaciones sociales, mediáticas, políticas y poéticas”.
El libro, en versión bilingüe, se presentará el 19 de febrero, a las 18:00 horas, en el Museo Universitario del Chopo; y el 26 de abril, a las 11:30 horas, en la Casa del Lago.
El uso de la palabra escrita en el arte en México ya aparece desde inicios del siglo XX, cuando comienzo la investigación. Pero al término prácticas textuales lo ubico desde la contemporaneidad. Siento que las prácticas previas, aunque son un fuerte camino para llegar a esta interdisciplinariedad, pueden ser experimentales. Pero sí dan inicio e impulsan esta reciprocidad de lenguajes”, afirma.
La gestora cultural detalla que, en la primera mitad del siglo XX, el artista que más se atrevió en este terreno fue José Juan Tablada.
Creo que él da un paso fuerte, con retroalimentación e inspiración en artistas y poetas internacionales. Y los Estridentistas también plantearon una revolución cultural a partir de la poesía, juegan con el espacio y la distribución del texto en el papel”.
Dice que Diego Rivera y Frida Kahlo, “desde otro parámetro, también tuvieron un uso potente de la palabra; desde un discurso más público, en los murales. Y, en el caso de Kahlo, utiliza lo verbal como descriptivo, es la voz de la pintora explicando cómo y dónde hizo la pieza”.
Señala que, en la Generación de la Ruptura, están Alberto Gironella y José Luis Cuevas, con una propuesta que se relaciona con la literatura. Así como Vicente Rojo y su colaboración con el poeta Octavio Paz; y el trabajo conjunto entre Arnaldo Coen y Francisco Serrano.
Pero quien llega a México y abre una gran posibilidad de exploración con la plasticidad y la materialidad de la palabra es el alemán Mathias Goeritz. Él dio pie a toda esta búsqueda de nuevas formas para la palabra”, dice.
La curadora añade que las prácticas textuales se incorporaron, en el siglo XXI, como un elemento vital en las artes visuales.
Las temáticas más recurrentes tienen que ver con las preocupaciones que tienen los artistas sobre el ámbito político, la inclusión, la migración y el interés por cuestionar y explorar al propio lenguaje desde su contexto inmediato. Los más jóvenes empiezan a usar en sus piezas el lenguaje inclusivo y los idiomas indígenas”.
Ante la pregunta de si la palabra escrita deja de serlo al incorporarse al lenguaje artístico, Eloísa Hernández admite que el libro abre muchas reflexiones sobre la escritura y el lenguaje.
Creo que no deja de ser palabra, sino que se inserta en un nuevo con- texto que la hace devenir en más posibilidades. Los artistas la han usado como punto de partida y también como solución final en sus obras”.
Destaca que esta investigación busca “unir reflexiones dispersas y recuperar las voces de críticos e historiadores de arte sobre el tema, para abrir nuevos diálogos”.
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