Lo recuerdo claramente. Tenía unos 12 o 13 años y todavía no sabía cómo andar en bicicleta. Tampoco mi hermana. Mi papá pensó que esto era simplemente inaceptable en ese momento. Un domingo, temprano en la mañana, cargó su camioneta con agua, electrolitos, cascos y otras cosas que pensó que podíamos usar. “Vamos a reforma”, …
Fuente