La desaparición de las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) afectará el funcionamiento del máximo tribunal, advirtieron ayer sus presidentes.
En sus últimos informes anuales, los Ministros Jorge Pardo y Alberto Pérez Dayán destacaron que con la reforma judicial se aumentará la carga de asuntos pendientes y podrían alentarse las resoluciones.
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A partir de septiembre del próximo año, el número de Ministros se reducirá de 11 a nueve, y se eliminarán las Salas -que existen desde el siglo 19-, por lo que todos los asuntos deberán ser tomados en el pleno.
Si bien las Salas estarán funcionando hasta agosto de 2025, se acumularán nuevos casos que tendrán que ser vistos en el Pleno, donde las discusiones son mucho más lentas, a menos que se aprueben reformas procesales para que la Corte conozca de menos casos.
Con esto, la SCJN iniciará 2025 con mil 4 asuntos pendientes, 37.7 por ciento más que a principios de este año.
Pardo, presidente de la Primera Sala, que lleva casos penales y civiles, afirmó que desde 2011 estas instancias resolvieron alrededor de 73 mil asuntos cada una, mientras que el Pleno voto poco más de 4 mil, es decir, el 93 por ciento de los expedientes salieron de ellos.
“La desaparición de las Salas nos obliga a reflexionar sobre su importancia. Previstas desde antes de la promulgación de la Constitución, las Salas han sido un pilar fundamental del sistema impartición de justicia”, apuntó.
Pérez Dayán, presidente de la Segunda Sala, en materia administrativa y laboral, señaló que su desaparición será un “reto mayúsculo” para la Corte, pues esa ha sido su forma de operar desde hace 200 años.
“Deseo sinceramente que esto que viene no termine siendo, simplemente, un recuerdo de todo lo perdido”, señaló el Ministro en un mensaje más modesto, en el que destacó que la democracia mexicana ha elegido, con esta reforma, una ruta accidentada e incierta.
Criticado por su voto del pasado 5 de noviembre, contra un proyecto que anulaba parte de la reforma judicial, Pérez Dayán fue aplaudido con reticencia por muchos de los presentes.
Pardo reconoció que el Poder Judicial no logró advertir a la sociedad sobre los riesgos de la reforma, que el mensaje sobre lo logrado en los últimos treinta años no llegó a tiempo ni con la fuerza necesaria.
”El tiempo y la experiencia, por desgracia, tal vez con costo a la sociedad, serán testigos del profesionalismo de nuestras labores y las cualidades del sistema de justicia que está en su ocaso”, afirmó Pardo, despedido con una ovación de pie en el Salón de Plenos de la Corte.
“La excelencia profesional ha quedado eclipsada por las decisiones políticas”.