La presencia de grupos del crimen organizado no siempre se traduce en una alta tasa de violencia homicida, indica un reporte de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).
De hecho, señala, un análisis de datos a nivel municipal en México muestra que una presencia muy alta del crimen organizado ha llevado en algunos lugares a niveles más bajos de homicidio.
“No existe una asociación lineal entre la violencia y la presencia del crimen organizado en una comunidad y México, un País con altos niveles de crimen organizado, ofrece un ejemplo de cómo una mayor presencia del crimen organizado no siempre se traduce en un mayor nivel de violencia”, plantea el Estudio Mundial sobre el Homicidio 2023.
Con base en los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) del Inegi, señala que el comportamiento de dos de sus indicadores -la proporción de quienes reportan estar expuestos a pandillas cerca de su hogar y la de quienes dicen haber sido víctimas de extorsión– sugieren que una mayor presencia del crimen organizado va de la mano de un mayor nivel de homicidios, aunque, subraya, sólo hasta cierto punto.
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“Una vez que el crimen organizado supera cierto nivel, su relación positiva con la violencia homicida no sólo desaparece sino que se vuelve negativa, y los municipios con la mayor proporción de residentes expuestos a las pandillas en realidad no experimentan la mayor cantidad de homicidios”, apunta.
“Por ejemplo, mientras que el 48.75 por ciento de la población de San Luis Potosí estaba expuesta a pandillas cerca de su casa, la tasa de homicidios de la comunidad (35.5 por 100 mil habitantes), aunque alta, estaba muy por debajo de la tasa de homicidios de Fresnillo (279.66 por 100 mil habitantes), donde el 24 por ciento de los residentes estuvieron expuestos a las pandillas”.
La UNODC hace referencia a situaciones de relativa “paz” propiciadas por los grupos del crimen organizado.
El término “pax mafiosa”, ejemplifica, se ha utilizado con frecuencia en Italia para describir cómo los líderes de los grupos del crimen organizado han reducido deliberadamente el uso de la violencia abierta.
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“En México se ha aplicado el concepto de ‘pax narcótica’, refiriéndose a situaciones de tolerancia hacia las actividades del narcotráfico en el siglo 20 que mantuvieron bajos niveles de violencia relacionada con las drogas en el País”, señala.
“Se informó que los líderes del Cártel de Sinaloa instaron a sus subcomandantes involucrados en operaciones de narcotráfico en Baja California a reducir la violencia homicida porque estaba atrayendo demasiada atención del Gobierno”.
El reporte de UNODC consigna un descenso en México en el número total y en la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes entre 2020 y 2022.
La cifra de homicidios, detalla, pasó de 36 mil 773 a 33 mil 287 y la tasa de 29.2 a 26.1.
(Con información de Reforma)
