La música y la pintura forjaron un diálogo en la exposición colectiva Corpus Art 2024, donde participaron maestros y 33 alumnos de la Academia de Arte de la maestra Nancy Ríos. Se trata de una escuela que aboga por desarrollar la sensibilidad artística y guiar en libertad las aptitudes de quienes toman los cursos. En esta ocasión, se presentaron los trabajos y aprendizajes aprendidos durante este año.
Fue en punto de las 20:00 horas del pasado jueves cuando el evento dio inicio. En el escenario había un piano vertical y atriles, mientras que los invitados al salón eran rodeados por caballetes que sostenían cuadros cubiertos por mantas rojas (estas obras se develarían más tarde).
La maestra Nancy Ríos fue quien dio el discurso inaugural, en él indicó que el nombre de la exposición respondía a que cada uno de los alumnos había pintado e interpretado obras desde una percepción muy propia de la figura humana; pintura y sonido como elementos capaces de hacer vibrar al ser humano.
“La visión de nuestra academia es que la teoría, los conocimientos y el aprendizaje práctico del arte nos convierta en mejores seres humanos, más armónicos, capaces de apreciar la belleza de nuestro entorno y de tener la sensibilidad, la empatía y la apreciación de todo aquello verdaderamente importante y que se divulgue de manera cotidiana nuestra permanente inspiración por el arte”, dijo Nancy Ríos ante el micrófono.
La primera parte de la noche consistió en presentaciones musicales, se pudieron escuchar interpretaciones que empleaban el piano y el violín, así como la guitarra eléctrica y la guitarra acústica. Se leyeron partituras de compositores como Mozart, Telemann, Brahms y Hans Zimmer. Incluso se cantó Cielito lindo, cuya letra fue coreada por el público.
A continuación se proyectó un video donde se mostró a los alumnos del taller tomando sus clases. La sede se encuentra en un domicilio del fraccionamiento Senderos. Allí se da instrucción artística sin importar la edad. El alumno más longevo de la academia tiene 90 años, la más joven apenas siete.
El evento culminó con la develación de las pinturas realizadas por los alumnos y la entrega de diplomas a los mismos. En los óleos se pudieron apreciar propuestas que abordaron la figura humana, especialmente la femenina: mujeres de frente y de espalda, algunas con vestimenta de ballet, otras convertidas en hadas contemplando un cielo estrellado, algunas más abrazándose a sí mismas dando la sensación de tristeza y soledad.
“Normalmente, cuando dibujamos figura humana, nos dibujamos. Es bien inconsciente, pero lo hacemos. Siempre terminamos dibujando los contornos, las formas, porque como siempre nos vemos a nosotros mismos en el espejo y somos nuestros espectadores diarios, inconscientemente nos proyectamos, nos reflejamos en la obra. Es bien interesante, porque terminas viendo una especie de autorretrato del artista”, dijo Nancy Ríos en una anterior entrevista.