La Fiscalía General de la República (FGR) ha concluido la investigación sobre las denuncias de tortura presentadas por Mario Aburto, el asesino confeso del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio. Según la FGR, Aburto no proporcionó pruebas suficientes para respaldar sus acusaciones de tortura durante su detención.
Además, la FGR ha cuestionado el Protocolo de Estambul emitido por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), argumentando deficiencias y contradicciones que ponen en duda su fiabilidad como evidencia.
“Cada una de sus declaraciones desafortunadamente no son lo bastante claras, precisas o suficientes para señalar a las personas responsables de los hechos. No contamos con información objetiva para demostrar que las lesiones sufridas por Mario Aburto fueron causadas por los servidores públicos o individuos denunciados”, afirmó la FGR al decidir no proceder con acciones legales debido a la falta de elementos.
El pasado 24 de febrero se notificó personalmente a Aburto sobre esta resolución.
La investigación concluyó que no hay evidencia que vincule la conducta de los acusados con las lesiones sufridas por Aburto, ni se puede demostrar la participación de algún individuo al no haber pruebas de una acción específica cometida por los servidores públicos y particulares.
Adicionalmente, la FGR evaluó otros posibles delitos como abuso de autoridad o lesiones, pero determinó que ambos están prescritos.
LOS 8 ACTOS
En su denuncia, Aburto afirmó haber sido sometido a 8 actos de tortura entre el 23 y 24 de marzo de 1994, días de su detención. Detalló los presuntos responsables en cada etapa de su traslado y estancia en diferentes lugares.
La Fiscalía determinó que no se pudo probar que en cada uno de los 8 actos específicos Aburto fue sometido a tortura física o psicológica grave de manera intencionada.
Desestiman dictamen
A pesar de que el Protocolo de Estambul de la CNDH concluyó que Aburto fue torturado, la FGR argumentó que ese documento carece de consistencia y no cumple con los estándares para respaldar las denuncias de maltrato.
La FGR señaló que Aburto se negó a someterse a un dictamen médico-psicológico especializado realizado por expertos de la Fiscalía, lo que llevó a cuestionar la validez del Protocolo de Estambul.
Expertos consultados por la FGR consideraron que el dictamen de la CNDH presentaba deficiencias en su documentación y metodología, lo que afectaba su fiabilidad como evidencia.
Por lo tanto, la FGR decidió no considerar el Protocolo de Estambul de la CNDH como prueba válida en este caso.
Con información de Reforma.