Fráncfort. La inflación de la zona euro está cayendo según lo previsto, o incluso un poco más rápido, pero el Banco Central Europeo (BCE) debe mantener sobre la mesa la posibilidad de una alza de las tasas de interés, acordaron los responsables de política monetaria el mes pasado, según las minutas de su reunión del 25-26 de octubre.
En octubre, el BCE mantuvo la tasa de depósito en un nivel récord de 4 por ciento, con lo que puso fin a su ciclo de subidas de tasas más agudo, y desde entonces los dirigentes monetarios han defendido la estabilidad de las tasas durante los próximos meses o trimestres, alimentando las expectativas del mercado de que la próxima medida podría ser un recorte, posiblemente ya en abril.
“Se mantuvo la opinión de que el Consejo de Gobierno debería estar preparado, sobre la base de una evaluación en curso, para nuevas subidas de las tasas de interés si es necesario, aunque esto no forme parte del escenario de referencia actual”, dijo el BCE.
Sin embargo, mantener las tasas de interés parecía una decisión fácil, ya que los dirigentes monetarios estaban unánimemente de acuerdo y llegaron a la conclusión de que todos sus criterios para evaluar la evolución de la inflación iban en la dirección correcta.
“En conjunto, el proceso de desinflación parece estar desarrollándose en gran medida según lo previsto”, señaló. “En todo caso, el proceso de desinflación avanzaba algo más rápido de lo previsto”.
Con todo, los responsables de política monetaria no quisieron dar demasiada importancia a unas cifras sorprendentemente benignas, argumentando que la rigidez del mercado laboral podría reducir la eficacia del endurecimiento de la política monetaria y que gran parte del impacto de las subidas de tasas aún no se ha dejado sentir plenamente.
El BCE prevé que la inflación vuelva a su objetivo de 2 por ciento en 2025 y los dirigentes monetarios parecen estar de acuerdo en que la parte final de la reducción del crecimiento de los precios podría ser la más difícil.
“En general, se asumió que la ‘última etapa’ para volver a situar la inflación en el objetivo era la más difícil”, dijeron los responsables de política monetaria. “Se advirtió del peligro de declarar victoria sobre la inflación en la fase actual”.