Al editor:
Re “No eres tú: las aplicaciones de citas están empeorando”, de Magdalene J. Taylor (ensayo invitado de opinión, nytimes.com, 16 de marzo):
Con más personas que nunca en las plataformas de citas en línea, hemos entrado en una nueva era plagada de tomas y opiniones candentes basadas en un conjunto limitado de experiencias. Encuestas recientes Dicen que las aplicaciones de citas son la forma número uno en que las personas se conocen hoy en día, y casi el 70 por ciento de las personas que conocieron a alguien en una aplicación de citas dijeron que les llevó a una relación romántica y exclusiva.
No estoy aquí para cuestionar experiencias individuales ni pretender que cada cita conduzca al éxito. Hacer coincidir a dos personas es una ciencia imperfecta y se basa en intereses compartidos, personalidades complejas, tiempos y más. Es un axioma antiguo por una razón: tienes que besar algunas ranas antes de encontrar a tu príncipe o princesa.
Pero últimamente, hemos estado construyendo un entorno donde las críticas a las aplicaciones se presentan como un monolito y el pesimismo sobre una mala cita se considera una señal del fin del futuro romántico de una generación. Existe una noción falsa que sugiere que las aplicaciones de citas no funcionan. Las cifras nos lo dicen en términos generales y para más personas que nunca: funcionan.
Bernardo Kim
los Angeles
El escritor es director ejecutivo de Match Group.
Al editor:
Re “Con un crecimiento mediocre, las aplicaciones de citas necesitan una chispa” (portada, 13 de marzo):
Hubo un tiempo en el que encontrar pareja era una aventura que se desarrollaba en espacios públicos: el parque mientras paseabas al perro, el bar mientras te calmabas tras una semana agitada, la clase de arte que te abría a nuevas experiencias y personas.