La comunidad indígena wixárika de San Sebastián Teponahuxtlán en Nayarit ha recuperado 2.585 hectáreas de sus tierras ancestrales, una cuarta parte del territorio que ha estado luchando por recuperar durante casi 70 años.
El traslado se llevó a cabo pacíficamente después de la Comisión Presidencial para la restitución de tierras reunidos para abordar la disputa negociaron una compensación con 13 propietarios para devolver la tierra a sus habitantes ancestrales. Esto siguió a una larga campaña de la comunidad para hacer cumplir 11 sentencias en 10 demandas presentadas ante el Tribunal Agrario del Distrito 16 con sede en Guadalajara, Jalisco.
Las comunidades wixárika (huicholes) luchan por recuperar 10.500 hectáreas de tierra en la región de Tuxpan, en la frontera entre Jalisco y Nayarit, que fueron ocupadas ilegalmente hace décadas. El gobierno mexicano reconoció la tierra en disputa como propiedad comunal wixárika en 1953.
Según el abogado de la comunidad, Carlos González, esta última restitución, sumada a entregas anteriores, eleva el total de tierras recuperadas a 3.200 hectáreas, alrededor de un tercio del territorio en disputa.
“Hay un paso adelante. No es lo que uno quisiera porque el compromiso era devolver todas las tierras en diciembre del año pasado, según [the president] firmado con la comunidad, pero es algo importante”, dijo González al diario La Jornada.
En mayo de 2022, comunitarios de San Sebastián Teponahuaxtlán marchó al Palacio Nacional para exigir la restitución, presionando al presidente Andrés Manuel López Obrador para que cree una comisión presidencial que facilite el proceso.
En agosto pasado se logró la devolución inicial de un predio de 265 hectáreas, pero en circunstancias hostiles en las que el dueño del predio atacó a tropas de la Guardia Nacional que acompañaban a comuneros a tomar posesión del terreno, intentando atropellarlos con un automóvil.
Aunque la última entrega se realizó de forma pacífica, la oposición a la restitución continúa. Algunos ganaderos locales siguen bloqueando la devolución de 7.000 hectáreas que aún reclaman los wixárika, a pesar de asistir a reuniones de conciliación.
Como resultado, las comunidades Wixárika han sido cautelosas a la hora de regresar a las tierras recuperadas. Alrededor de 300 comunitarios llegaron el martes para tomar posesión del territorio, pero concentraron sus asentamientos iniciales cerca de la zona donde se llevó a cabo la transferencia legal, por temor a actos agresivos de represalias.
Históricamente, las comunidades indígenas de México han recibido poco apoyo gubernamental frente a agresión frecuente de grupos criminales, algunos de los cuales supuestamente tienen vínculos con intereses comerciales o grandes desarrollos.
Durante 2022, el presidente López Obrador visitó comunidades indígenas de todo México para discutir planes de seguridad. En agosto de este año, en el marco del Plan de Justicia para los Pueblos Wixárika, Náayeri, O’dam y Mexicano, firmó un decreto proteger varios sitios sagrados indígenas y rutas de peregrinación, incluidos sitios wixárika clave como Wirikuta en San Luis Potosí, la Isla del Rey en Nayarit y la Isla de Alacrán en Jalisco.
con informes de Milenio y La Jornada