Brasilia. El Congreso de Brasil aprobó un proyecto para cobrar impuestos a empresas radicadas en el exterior y a fondos de superricos, ello luego de que el Senado diera luz verde este miércoles a la iniciativa, en un triunfo para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El texto, redactado por el gobierno, fue aprobado con escasa oposición en el Senado, y sin modificaciones importantes al proyecto votado en octubre por la Cámara de Diputados. El siguiente paso es que sea sancionado por el presidente izquierdista.
La iniciativa es una prioridad del ministro de Hacienda, Fernando Haddad, para aumentar la recaudación y mantener su meta de déficit cero en las cuentas públicas el próximo año.
Lula asumió en enero un tercer mandato sobre la promesa de aprobar leyes “para que los pobres paguen menos y los ricos paguen más”, y tener recursos para emular los exitosos programas sociales que sacaron a millones de brasileños de la pobreza durante sus gobiernos anteriores (2003-2010).
Bautizado como el proyecto de “impuestos a los superricos” por la prensa brasileña, el proyecto modifica varias leyes para tasar o aumentar las cuotas sobre fondos de inversiones exclusivos y firmas offshores.
La cuestión tributaria es vital en el gobierno de Lula, que impulsa en el Congreso una reforma de larga data de todo el sistema impositivo, la primera en 58 años en Brasil.
Ese proyecto, nuevamente en la Cámara tras ser aprobado en el Senado, promete reducir la burocracia de un sistema extremadamente complejo, aliviar las cargas en inversiones y exportaciones, y reducir la tributación sobre la población más pobre.