Washington- El miércoles por la mañana, dos republicanos que horas antes habían destituido a Kevin McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes, hicieron un muy conocido recorrido hasta una casa de ladrillo del siglo XIX a pocas cuadras del Capitolio y entraron en el desordenado santuario del estudio de grabación de Steve Bannon.
Los representantes Matt Gaetz (Florida), instigador de la rebelión, y Nancy Mace (Carolina del Sur), una de los otros siete desertores republicanos, se juntaron con Bannon para una reunión matutina antes de una aparición conjunta en su pódcast “War Room”.
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“Movimiento de la placa tectónica aquí en la capital imperial”, les dijo Bannon a sus oyentes durante el programa, mientras les solicitaba que hicieran donaciones a sus invitados en línea. “Debemos llenar el vacío ahora. Tenemos que drenar el absceso que es K Street en esta nación”.
Desde este estudio parecido a una cueva, cerca de donde se reúne el Congreso, Bannon, exasesor de Trump, ha estado atizando el caos en el que hoy se encuentra el Partido Republicano, capitalizando el espectáculo para ganar audiencia y utilizando su popular pódcast para apuntalar e incitar a los rebeldes republicanos.
Bannon ha pasado años promoviendo la mentira de que las elecciones presidenciales de 2020 le fueron robadas al expresidente Donald Trump, y criticando los mandatos del coronavirus y lo que él llama una “invasión criminal de la frontera sur”. Últimamente, su obsesión había sido destituir a McCarthy y eliminar a los que él describe como republicanos “unipartidistas” que se han vuelto indistinguibles de los demócratas.
Con la histórica caída de McCarthy esta semana, su ala del partido ha reclamado su trofeo más destacado.
Bannon representa una línea clara desde la base MAGA (sigla en inglés del eslogan de la campaña de Trump, “Hagamos a Estados Unidos grande otra vez”), impulsada por resentimientos, hasta el Congreso. Su papel en la crisis que se produjo esta semana en la Cámara Baja ayuda a explicar por qué el Partido Republicano pareciera estar devorándose a los suyos. Bannon es una parte vital de un bucle de retroalimentación de jugosos éxitos mediáticos y publicaciones en las redes sociales, recaudación de fondos en línea y sermones sin restricciones a una base a menudo enojada y fervientemente de derecha que premia las disrupciones y detesta las instituciones.
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En las últimas décadas, los rebeldes de derecha en Capitol Hill habían tenido problemas para conseguir un verdadero impulso: rechazados por cabilderos y los comités de acción política con mucho dinero, excluidos de las salas de liderazgo en el Capitolio e ignorados por Fox News. Pero con la ayuda de Bannon, quien transmite en vivo durante cuatro horas todos los días entre semana, Gaetz y otros no necesitan depender de nada de eso.
Bannon presenta a los agitadores como héroes a sus devotos acólitos MAGA y ayuda a impulsar su recaudación de fondos de donaciones individuales modestas. Participa en llamadas con miembros y donantes. Ofrece asesoramiento estratégico. Fustiga a los presentadores de Fox News, quienes, según él, no les dan un trato justo. Pero, sobre todo, ofrece una plataforma sin filtros donde los agitadores individuales pueden hablar directamente con la base, conocida en “War Room” como “la pandilla”, lo que les genera más incentivos para causar estragos en la Cámara de Representantes.
Durante semanas, Bannon ha estado trazando estrategias con Gaetz para destituir a McCarthy, por lo que se ofreció como orientador mientras Gaetz planeaba sus movimientos.
“KABOOM”, fue el mensaje de texto que le envió Bannon a un periodista el lunes por la noche, minutos después de que Gaetz presentara su moción largamente esperada para destituir al presidente de la Cámara Baja.
Bannon también ha exhortado a los legisladores de extrema derecha a que utilicen la Cámara de Representantes para arrastrar las leyes lo más hacia la derecha posible, y ganarse la atención de los medios en el proceso. Su consejo: “Consigan una enmienda. Háganla lo más escandalosa posible. Simplemente, formen parte de eso, no se preocupen si no salen en Fox, nosotros lo editaremos y reproduciremos”.
El miércoles, Bannon presentó a sus invitados en su pódcast como los “arquitectos y héroes del día de ayer” y les dio tiempo al aire para que hicieran una petición de recaudación de fondos.
“De verdad necesito ayuda porque vienen por mí”, dijo Mace, quien representa a un distrito políticamente competitivo. “Han amenazado con agotar todo mi dinero. Varios miembros, antes de la votación de anoche, me amenazaron con retener la recaudación de fondos si realizaba esta votación. Es una enorme cantidad de presión. Llaman a tu personal y los asustan”. En dos ocasiones, Bannon le pidió que deletreara su sitio web de campaña para que los oyentes pudieran encontrarlo.
Bannon, por su parte, está maravillado con Gaetz, a quien compara con Daniel Webster. Le da crédito al republicano de Florida por reconocer a principios del año pasado lo útil que podría ser una ajustada mayoría republicana para la extrema derecha.
“Se sentó aquí en julio y habló de que no íbamos a tener una mayoría de 30 o 40 escaños, pero que en realidad eso iba a ser mejor”, recordó Bannon. “Íbamos a tener influencia. Es un tipo muy especial”.
Muchos de los nuevos rebeldes en el Congreso han recurrido al respaldo de Bannon mientras buscan dejar su propia huella.
La representante de Colorado, Lauren Boebert, dijo que le estaba agradecida por ofrecerle recientemente un espacio en su programa para hablar sobre la frontera sur, en lugar de volver a discutir sobre su vergonzosa velada en el musical “Beetlejuice”.
“Steve es una fuente realmente confiable. Entiende que mi única noche de ocio personal no afecta el trabajo que he estado haciendo durante cuatro años”, afirmó. “Steve entiende a la base y lo que la base quiere. No voy allí por el tema de los donantes, pero agradezco que la gente contribuya”.
El nombre de Bannon suele generar ojos en blanco, incluso entre los leales a Trump. Algunos lo ven como un hombre que ha hecho apuestas equivocadas por candidatos, como el contendiente fallido al Senado en Alabama, Roy Moore, y que tiene una percepción exagerada de su propia influencia. Fue acusado de defraudar a donantes que estaban dando dinero para construir un muro a lo largo de la frontera sur, antes de ser indultado por Trump. Fue sentenciado a cuatro meses de cárcel por desacato criminal al Congreso tras desafiar una citación y se encuentra en libertad mientras apela la condena.
Pero la semana pasada, mientras la cohorte de Bannon debatía enmiendas al proyecto de ley anual de gasto militar en la Cámara de Representantes, Bannon estaba pegado a C-SPAN como un orgulloso padre en una obra de teatro escolar.
“Esto es jugoso”, se regocijó Bannon, mientras el representante de Montana, Matt Rosendale, defendía una enmienda para prohibir la obligatoriedad de las vacunas contra el coronavirus para los miembros del Ejército, y se refería a la vacuna como un “fármaco experimental”.
Bannon, un irredento agente del caos, admite que deseaba un cierre del gobierno.
“Ahora se puede generar una tormenta que cambie totalmente las cosas”, dijo. “La gente piensa en este instante que el gobierno es un beneficio. Yo voy a mostrar el gasto público como algo infestado de piojos”.
El miércoles por la mañana, Bannon y sus invitados intentaron moderar su alegría.
“No permitamos que la pandilla se embriague de felicidad”, advirtió Gaetz en el programa. Hay más trabajo por hacer.
Gaetz y Mace se quedaron durante tres segmentos del programa, hasta que llegó el momento de que Rosendale tomara el relevo y avivara a la base.
“Hablamos más tarde”, dijo Bannon cuando Gaetz iba de salida. c.2023 The New York Times Company.
Por Annie Karni, The New York Times.