“La línea estaba trazada en la arena para los negros y los blancos”, dijo en una entrevista para la serie documental de PBS “Experiencia americana” el mismo año. “¿Y me iba a quedar al otro lado de la línea para siempre? No. Decidí cruzar esa línea. Salté esa línea y comencé a pelear”.
Dorie Ann Ladner nació el 28 de junio de 1942 en Hattiesburg, Mississippi. Entre sus antepasados se encontraban nativos americanos y, cinco generaciones antes, un terrateniente blanco, pero ella se identificaba como negra. Su padre, Eunice Ladner, era tintorero cuyo matrimonio con su madre, Annie (Woullard) Ladner, terminó en divorcio cuando ella era una niña pequeña. Su madre, que administraba la casa, se casó más tarde con William Perryman, un mecánico.
Dorie participó en su primera protesta espontánea cuando tenía 12 años: cuando un tendero blanco de su vecindario de Palmers Crossing la tocó de manera inapropiada en las nalgas, ella lo golpeó con una bolsa de donas.
“Mi madre empezó a entrenarnos para que no permitiéramos que nadie abusara de nosotros o nos maltratara, y para que siempre miráramos a los blancos a los ojos cuando les habláramos”, recordó Ladner en la entrevista del Southern Quarterly. “’Nunca mires hacia abajo, nunca mires atrás’”.