La Cámara decide poner fin al impuesto a la carne, una victoria para la agroindustria; propuesta presentada por el PL
Pronto los precios de la carne deberían bajar en las carnicerías y supermercados del país. Esto ocurrirá si el Senado aprueba sin cambios la propuesta de reforma tributaria del gobierno federal, que redujo a cero el impuesto a los alimentos. Aunque parece una noticia positiva a primera vista, expertos consultados por El trigo y la paja opinan que la reforma actual profundiza las desigualdades fiscales, beneficia a los más ricos e incluso puede tener un impacto negativo en el medio ambiente. Además, el valor de otros productos podría aumentar para compensar la exención dada a la carne.
La propuesta del Ejecutivo busca unificar impuestos y simplificar la tributación en el país, creando el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y una categoría de alimentos llamada canasta básica nacional, que incluía la carne sin impuestos.
La tasa impositiva actual sobre la carne es del 26,5%. En el proyecto del gobierno enviado a la Cámara, se reduciría al 10,6%, pero en un giro inesperado, los diputados del PL presentaron una propuesta para eliminar por completo el impuesto a la carne, aprobada con 477 votos a favor y 3 en contra.
Según estimaciones del Ministerio de Hacienda, cada exención fiscal para un alimento puede aumentar la tasa impositiva promedio, sin pérdida de ingresos. Sin embargo, los expertos señalan que esta decisión favorece a las clases más ricas, ya que consumen más carne, profundizando la desigualdad fiscal.
Una alternativa para beneficiar a la población más pobre sin favorecer a los ricos sería mantener el impuesto a la carne y ofrecer un sistema de reembolso a los más necesitados. Esta medida garantizaría justicia fiscal y podría implementarse utilizando registros existentes como CadÚnico.
Presión agrícola y problemas socioambientales
Las entidades agrícolas brasileñas presionaron para lograr la exención del impuesto a la carne en la reforma tributaria. Esta medida fue criticada por grupos ecologistas debido al impacto socioambiental negativo de la producción de carne.
Según un estudio del Observatorio del Clima, la producción de alimentos representa el 73,7% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Brasil, y la inclusión de la carne en la tasa cero no es sostenible desde el punto de vista ambiental.
La reforma tributaria también fue criticada por no gravar los alimentos ultraprocesados, lo que podría equilibrar la recaudación perdida por la exención de impuestos a la carne.
El beneficio para el agro
A pesar del intenso lobby para la exención del impuesto a la carne, el agronegocio podría no beneficiarse tanto como espera, según expertos. La reducción del impuesto beneficiaría más a la clase alta que a la baja, donde el gasto en alimentos es menor en proporción a otros bienes.
El futuro de la exención del impuesto a la carne es incierto en el Senado, donde el relator de la reforma aún busca una solución viable. La decisión de poner fin al impuesto a la carne también representó una derrota para Arthur Lira y provocó controversias en el ámbito político.