Las gélidas temperaturas invernales y la hambruna están impulsando un aumento en la migración de los indígenas rarámuri desde la Sierra Tarahumara de Chihuahua a ciudades como Ciudad Juárez.
Aunque cada invierno se produce cierta migración rarámuri, el periódico El Universal informa que las cifras han aumentado este año, ya que las temperaturas en sus pueblos nativos de montaña descienden hasta -12 grados centígrados. El frío extremo se suma a los problemas de escasez de alimentos causados por la grave sequía del verano.
“Desde hace como un mes hemos visto bajar mucho a la gente de la montaña”, dijo a El Universal Rosalinda Guadalajara, activista de derechos indígenas en Ciudad Juárez. “Cuando fracasó la cosecha, muchos dijeron que sólo obtuvieron una pizca de maíz. Mucha gente se ha ido de allí a buscar trabajo y por el frío”.
En conferencia de prensa este martes, el ministro de Salud de Chihuahua, Gilberto Baeza Mendoza, dijo que este año la cartera ha detectado 67 casos de desnutrición severa en bebés y niños menores de cinco años en la Sierra Tarahumara. De ellos, 16 fallecieron y seis permanecen hospitalizados.
Baeza agregó que las consultas médicas a niños indígenas en los 19 municipios de la Sierra Tarahumara aumentaron de 344 en 2022 a 486 en 2023 en lo que va de 2023. La desnutrición infantil es más severa en los municipios de Urique, Guadalupe y Calvo.
El gobierno del estado de Chihuahua ha intentado abordar la crisis distribuyendo alrededor de 96 toneladas de granos básicos a 1.200 familias en pueblos de la Sierra Tarahumara, pero esto no ha detenido la migración.
guadalajara dijo El Universal que el mayor éxodo rarámuri ha sido desde los municipios de Carichí y Cuautémoc, con la mayoría de las familias dirigiéndose a Ciudad Juárez. A su llegada, muchos de estos migrantes se quedan con sus familiares en colonias rarámuri en las afueras de la ciudad, algunos de ellos de forma permanente.
Una vez que llegan a la ciudad, los rarámuri (muchos de los cuales no son hablantes nativos de español) a menudo enfrentan discriminación y luchan por acceder a la ayuda del gobierno.
“Hay personas que por no conocer la [Spanish] idioma, prestan su tarjeta para sacar pagos de manutención y son víctimas de abusos; otros les cobran por sacar el dinero”, explicó Guadalajara.
Como resultado, muchos inmigrantes rarámuri se ven obligados a sobrevivir mendigando o vendiendo dulces, artesanías y hierbas en las calles.
con informes de el Universal y La Jornada Maya