Cinco músicos afinan sus instrumentos de viento en el auditorio de la Universidad Tecmilenio. Llegaron a Torreón apenas por la tarde, luego de tocar la noche anterior en el Parque Francisco I. Madero de Saltillo. Se trata de la sección de metales de la orquesta del cantante Luis Miguel, la cual es dirigida desde 1993 por el maestro trombonista Alejandro Carballo.
Sobre el escenario hay bocinas, micrófonos, atriles. Los instrumentistas realizan la prueba de sonido previo a una clase magistral (organizada por músicos locales como Edgar Flores) que ofrecerán a los laguneros. Se trata de un proyecto que implementan en cada ciudad a dónde los lleva la gira: aprovechan los intersticios entre las agobiantes fechas, buscan un lugar, hacen alianza con un promotor local y no titubean en compartir sus conocimientos.
«Pienso que el músico profesional, además de ser puntual, de tener buenos hábitos en el escenario y ser compañero, también tiene que compartir conocimientos con las nuevas generaciones. Eso es lo más importante, el pasar la información, porque además la industria de la música ha cambiado y ahora necesitamos más que nunca dar esa información».
Alejandro Carballo lamenta que con el avance de la Inteligencia Artificial se haya ido perdiendo el interés por estudiar solfeo, por indagar en la escritura musical. Indica que eso es algo esencial para cualquier músico que aspire al profesionalismo.
«Hay que saber de solfeo, hay que saber de lírica y métrica, hay que saber de muchos tópicos. Y eso se ha ido perdiendo por la cuestión de que todo mundo llega con la computadora y se ha olvidado eso. Además de la técnica normal del instrumento de viento, que es un instrumento que tiene más de 500 años. Se trata de un mecanismo que es parte de tu cuerpo, no es algo desligado. No, hay respiración, tienes que pensar qué nota tocar, la afinación, el solfeo, como te decía. Es complicado, es complicado, pero esto es un estudio de muchos años de experiencias».
No obstante, Carballo y los demás músicos se apoyan en aparatos tecnológicos para observar sus partituras, reproducen las pistas de Luis Miguel en una computadora, mientras el ingeniero de sonido ecualiza la sala apoyándose en su iPad. Para ellos la tecnología es una herramienta, un medio y no un fin. La música real se encuentra en otra parte, en el alma que escapa en forma de sonido por esos instrumentos de cuerpo metálico y dorado.
«En mis más de 40 años de carrera como músico profesional, he visto pasar diferentes tipos de procesos: cuando era la cinta de dos pulgadas, después llegó la computadora y empezó el Pro Tools (aplicación para grabación), todo esto. Pero sigue estando presente lo que es la técnica, la música, el valor que se da».
SECCIÓN DESTACADA
Originario de Tampico, Tamaulipas, Carballo hace remembranza. Cuando en 1993 comenzó a dirigir la brass section de Luis Miguel, esta se conformaba por sólo tres metales (trombón, trompeta y saxofón). En el concierto en Viña del Mar de 2012 se pueden observar cinco metales (los mismos instrumentos, más otras dos trompetas). Pero tras retirarse el maestro trompetista Ramón Flores, el artista pidió contratar a nueva gente y alcanzar hasta ocho metales (tres trompetas, dos trombones y tres saxofones). Al final, la sección volvió a quedar en cinco.
«Se hizo una selección exhaustiva. Yo le presentaba los prospectos y él los veía. Según sus cualidades, su currículum, cómo tocaban, él los escogía. Fue algo muy minucioso, fueron como tres meses de buscar gente, de hacer scouting».
Además de Carballo en el trombón, la actual alineación de la sección cuenta con otros cuatro músicos dotados con experiencia internacional.
Uno de ellos es el trompetista español Arturo Solar, quien es originario de Santiago de Compostela y residente en Los Ángeles desde hace 20 años. Durante su carrera ha tenido la oportunidad de trabajar con Bruno Mars, Christina Aguilera, Mariah Carey, David Bisbal, Marco Antonio Solís, entre otros. Otra de sus facetas es como compositor de música para cine.
Mientras que el trompetista estadounidense Bill Churchville es un veterano de la industria musical de Los Ángeles. En su currículum se apunta trabajos con Elton John, Bruce Springsteen y Tower of Power.
Por su parte, el trompetista puertorriqueño Omar Martínez tiene experiencia con la banda de Ricardo Montaner y el Cirque du Soleil. Finalmente, el saxofonista mexicano Alex Barragán completa la formación, también ha sido músico de Carlos Rivera.
«El estilo de Luis Miguel son los metales. De hecho, el arreglista que más ha escrito para Luis Miguel ha sido Jerry Hey, quien ha trabajado para Michael Jackson, para Céline Dion, para todos, ha hecho arreglos para todo. Gracias a él se dejó este repertorio, donde la guitarra y el brass son parte esencial de la música».
La alineación tocó junta por primera vez cuando la gira inició en Buenos Aires, el 1 de agosto de 2023. Tras presentarse en Torreón, concierto que será el número 161, los músicos se trasladarán a la ciudad de Hermosillo, donde Luis Miguel subirá a escenario el 24 de septiembre.
«Se necesita mucha concentración. No nada más es el tocar, que ya lo tenemos. Siempre ensayamos un mes previo a este tipo de giras y ya se prepara todo el show. Pero aún así, en los viajes, tú tienes que estar bien presentable, bien alerta. En este tipo de trabajos así es, desde la mañana tenemos que estar bien alerta, por eso nada de alcohol, nada de nada, para estar bien concentrados».
La gira terminará en Toluca, en noviembre próximo. Después de eso, Alejandro Carballo regresará a Madrid, donde tiene su estudio frente al Museo del Prado. Allí retomará su trabajo como compositor y posiblemente su afición como guía de turistas, pues afirma que gusta de llevar a sus amigos al museo para que puedan conocer las obras de pintores como El Bosco, Goya o Velázquez.