El escritor lagunero Alejandro Figueroa Moreno dio a conocer el 8 de noviembre de 2024 en Querétaro, su más reciente obra, Año 3721, en la emblemática librería El Alquimista, ubicada en el corazón de esa ciudad.
Como su nombre lo dice, Año 3721 es un vistazo del mundo futuro y en donde el ser humano convive cada vez más con la llamada inteligencia artificial, pero plantea: ¿en qué medida ha evolucionado como especie?
El público queretano pudo ser testigo de que cada página del libro, sin ser un repaso cronológico, permite asomarse al lector a un porvenir imaginario, como si hojease al azar una hemeroteca futurista o una máquina del tiempo. Nos adentra también a objetivos imaginarios que pretenden alejar cada vez más a la gente, de su medio circundante y someterlo a contemplar mundos virtuales, tal como unos lentes ajustados a los globos oculares ¡incluso desde el nacimiento! Para que se vaya olvidando de lo que es verdaderamente real.
El lector descubrirá si esos planes se concretan o, por otro lado, si el hombre vivirá más bien etapas doradas, sin tantas prisas ni presiones y más cercanas a la naturaleza, al punto de entablar comunicación con esta. Algunos de los encabezados dentro del libro son: Realidad reseteada; Inteligencias artificiales; Moda futura; Un nuevo mundo de posibilidades y el que le da nombre al libro: Año 3721, entre muchos otros.
Quizá los tiempos venideros traerán maravillas en términos de simplificación, automatismo y rapidez, pero no hay que dejar de preguntarnos a dónde nos lleva todo eso en realidad. Se idealiza ser proactivo, con frases novedosas como “en tiempo y forma” y el individuo se vanagloria por estar haciendo “algo” todo el tiempo, aunque ese algo no valga la pena; incluso varias cosas o proyectos a la vez. Se vive un presente saturado de estímulos que ni tiempo hay de asimilar.
Damos por sentado que las innovaciones nos harán la vida más práctica y más fácil, pero nos desconecta del mundo verdadero, de lo inmediato y lo palpable para concentrarnos en lo virtual, maquillados ahora por filtros que nos quiten las arruguitas de aquí y las patas de gallo de acá. Ya no queremos ser nosotros, sino una imagen perfeccionada de lo que fuimos o nunca seremos físicamente.
Año 3721 invita a reflexionar si es ese mundo de las pantallas luminosas de tal o cual dispositivo que, una cantidad desorbitante de horas, ocupa nuestra vista. Temas en su mayoría relacionados a lugares comunes y contenido de tintes jocosos y poco sesudos. pero… ¿Es porque eso es “lo que le gusta” a la gente? Es en este punto donde aplica el enigma ancestral de qué fue primero, si el huevo o la gallina. Es decir, nos gustan las simplezas ¿porque fue lo que nos recetaron o porque nosotros las pedimos?
Es a través de sus redes sociales y al correo [email protected] que aquellos lectores interesados en la obra de Alejandro Figueroa Moreno, pueden acercarse.