Dubái. Los inversores en infraestructura corren el riesgo de perder casi un tercio de su dinero, unos 600 mil millones de dólares, si los países no planifican un cambio ordenado hacia una economía más ecológica a mediados de siglo, según un estudio compartido con Reuters.
Los investigadores describen el peor de los escenarios en términos de gobiernos que se retrasan o inesperadamente imponen impuestos a las emisiones de carbono. Las medidas abruptas provocarían un shock inflacionario que haría subir las tasas de interés y afectaría al valor neto de las inversiones.
Las carteras de infraestructura podrían perder hasta la mitad de su valor, según el estudio del EDHEC Infrastructure & Private Asset Research Institute.
“Hay más riesgo del que la gente cree”, dijo a Reuters por teléfono Frederic Blanc-Brude, coautor del estudio, mientras se celebraban en Dubái las conversaciones sobre el clima de la COP28. “Se va a materializar antes, y más de lo que se espera, y la gente tiene que despertar”.
En una transición ordenada, por el contrario, en la que el sistema cambia gradualmente para frenar las emisiones, los costos se absorberían como parte de las operaciones empresariales normales.
Blanc-Brude explicó que se evaluaron nueve mil infraestructuras (aeropuertos, autopistas de peaje, centrales eléctricas, puertos marítimos y oleoductos) sin tener en cuenta los posibles costos legales, tecnológicos y de mercado.
Sin una transición ordenada, los mayores impactos de la “transición” los sufrirían los inversores en empresas de energía y agua, que enfrentan el riesgo de una pérdida de 38 por ciento, es decir, unos 86 mil millones de dólares, según el estudio.
Las empresas de servicios de red podrían perder 33 por ciento de su valor, o 104 mil millones de dólares. Las infraestructuras de datos se situaron en 32 por ciento, o 61 mil millones de dólares.
El estudio también examina los llamados riesgos físicos de los impactos climáticos, o los daños causados a las infraestructuras por incendios, inundaciones o tifones.
De no adoptarse medidas gubernamentales para reducir las emisiones y controlar el cambio climático, el estudio concluye que el valor neto de los activos se reduciría globalmente en unos 140 mil millones de dólares de aquí a 2050 y afectaría a todos los sectores, aunque de forma desigual.