Banco Azteca anunció que interpondrá demandas en contra de quienes, a su juicio, “buscan socavar” la “credibilidad del sistema financiero” y poner en duda la solidez financiera de ese intermediario.
Las demandas serán en contra de “posibles autores intelectuales y materiales, así como quienes financian las campañas de desprestigio con recursos inexplicables”, explicó este miércoles en un comunicado el Grupo Salinas, propiedad del empresario Ricardo Salinas Pliego, y del que forma parte Banco Azteca.
“En los últimos meses se ha visto en redes sociales una campaña dolosa que busca dañar la credibilidad del sistema financiero; desde el anonimato han sido difundidas mentiras, así como manipulado distintas plataformas digitales para afectar a Banco Azteca y al sistema financiero mexicano”, argumentó en el comunicado.
Agregó que “de manera falaz y con dolo se han difundido acusaciones sin sustento, que contrastan con los informes periódicos del sistema bancario nacional; esta serie de mentiras malintencionadas constituyen actos de terrorismo financiero”.
“Estos actos son tan graves que constituyen diversos delitos con base en el Código Penal Federal; la pretensión de generar miedo y zozobra podría generar climas adversos a la economía nacional y poner en riesgo el futuro y la prosperidad de millones de familias y empresas nacionales; por ello
no pueden quedar impunes”, sostuvo.
“Con total responsabilidad y compromiso con la legalidad y el futuro, Banco Azteca interpondrá demandas en contra de autores intelectuales y materiales, así como quienes financian campañas de desprestigio con recursos inexplicables, por sus intentos de sembrar miedo y alarma en la sociedad mexicana.
Ricardo Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas Pliego, acusó el pasado 10 de enero al vocero de presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, de manejar una campaña negra en redes sociales contra él y sus empresas. Su queja también incluyó a Elvira Concheiro, tesorera de la Federación, por desconectar a Banco Azteca del pago de impuestos en represalia, dijo el empresario, sin dar pruebas, por nuestra denuncia de los libros de texto comunistas.