Un alpinista de nombre José Luis Díaz Morales fue encontrado muerto en el Pico de Orizaba el martes, dijeron autoridades estatales.
Díaz Morales fue el último de los tres alpinistas desaparecidos que fueron localizados después de que una expedición a la cumbre resultó mortal el sábado 17 de febrero. Nueve de los 12 miembros de la tripulación descendieron sanos y salvos, mientras que un total de tres escaladores, incluido el guía del grupomurió en la montaña.
El Pico de Orizaba, en la cima de la montaña Citlaltépetl, es el pico más alto de México y el tercer punto más alto de América con 5.636 metros. El pico, en la frontera de Puebla y Veracruz, es un objetivo popular entre los montañeros experimentados.
Las condiciones climáticas frías y la baja visibilidad hicieron que los escaladores se perdieran mientras descendían de la montaña el 17 de febrero. Según el diario Milenio, un escalador llamado Pablo alertó a las autoridades que el grupo había perdido a varios miembros, iniciando un rescate de 10 días. esfuerzo de la Brigada de Socorro y Rescate de Montaña de México, autoridades de Protección Civil de Puebla y policías municipales de Atzitzintla.
El cuerpo de Díaz Morales fue localizado cerca de una base conocida como Espinazo del Diablo, a unos 4.910 metros sobre el nivel del mar. Las autoridades entregaron su cuerpo al Servicio Médico Forense de Ciudad Serdán para la autopsia y trasladar el cuerpo del escalador de 57 años a su natal Jalisco.
Las autoridades habían localizado previamente los cuerpos de Jessica N., de 39 años, el 18 de febrero, y Luis Flores, de 57 años, el 20 de febrero. Todos eran miembros de un grupo de montañismo con sede en el estado de Jalisco. Varios de los nueve supervivientes aún se están recuperando de la deshidratación y la hipotermia, así como del trauma de la experiencia.
La tragedia de este mes en Orizaba es No es la primera vez que los escaladores son víctimas del peligroso pico.. Según estadísticas del diario El Sol de Puebla, 17 montañeros han muerto en el Pico de Orizaba desde 2015.
con informes de Milenio y El Sol de Puebla