París. Hermes, fabricante de los bolsos Birkin, informó este jueves un aumento de 13 por ciento en las ventas del segundo trimestre, lo que demuestra el continuo apetito de los compradores adinerados por sus bolsos de lujo, incluso cuando los consumidores menos pudientes se retiran.
Los resultados del grupo francés destacan después de una serie de actualizaciones de ganancias decepcionantes de sus rivales, incluido Kering y LVMH, lo que ha suscitado preocupación entre los inversores por las perspectivas inciertas del sector en los próximos meses.
Los diseños clásicos de Hermes y la estricta gestión de la producción y el stock han ayudado a reforzar el aura de exclusividad de la marca y han convertido a la empresa en una de las de mayor rendimiento de la industria.
El director general, Axel Dumas, dijo a periodistas que la compañía no había visto “ninguna gran interrupción en las tendencias”.
“Categorías icónicas como los artículos de cuero continúan impulsando el crecimiento”, dijo Luca Solca, analista de Bernstein, refiriéndose al crecimiento de 17.9 por ciento en la división más grande de la compañía, los artículos de cuero.
Pero Dumas dijo que Hermes estaba viendo ligeramente menos tráfico de clientes aspiracionales, lo que estaba impactando en productos de mayor volumen como accesorios de moda, incluidas bufandas de seda. Esto hizo que las ventas en la división de seda y textiles más pequeña del grupo cayeran 5.6 por ciento durante el trimestre.
Las ventas totales del grupo francés de lujo crecieron hasta los 3 mil 700 millones de euros (4 mil 20 millones de dólares), un aumento de 13 por ciento, que excluye las fluctuaciones cambiarias. La cifra estuvo en línea con las expectativas de los analistas, según el consenso de Visible Alpha.
Las ventas en Asia Pacífico, excluyendo Japón, crecieron 5.5 por ciento durante el trimestre, mientras que en Japón aumentaron 19.5 por ciento. Las marcas de lujo europeas se están beneficiando de un aumento de las ventas de productos en Japón, donde los turistas, especialmente los chinos, están aprovechando la debilidad del yen.
En China, una crisis inmobiliaria y la inseguridad laboral están pesando sobre la economía, lo que ha afectado la demanda de bienes de lujo, después de que el repunte del país tras el confinamiento por la pandemia se desvaneciera hace un año.