La normalidad está comenzando a regresar a la política en Nuevo León: el estado ahora tiene solo un gobernador después de que dos hombres reclamaran el puesto durante el fin de semana.
Luis Enrique Orozco, quien fue designado gobernador interino por el Congreso estatal en una sesión caótica la semana pasada y asumió el cargo a las 00:00 horas del sábado, anunció el lunes que renunciaba.
Eso dejó a Samuel García –quien se convirtió en gobernador de Nuevo León en 2021, pero solicitó una licencia de seis meses para disputar las elecciones presidenciales de 2024– como el único ocupante del más alto cargo político en el estado fronterizo del norte.
García, diputado del partido Movimiento Ciudadano (MC), anunció en la madrugada del sábado que renunciaba al periodo de licencia aprobado por el Congreso estatal y regresaba a la gubernatura. Más tarde, ese mismo día, confirmó que había decidido no aspirar a la presidencia en 2024.
El Congreso de Nuevo León aprobó este lunes la renuncia de Orozco así como la revocación del permiso de licencia de García y su regreso a la gubernatura.
Orozco, quien tiene vínculos con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), dijo a los periodistas el lunes por la tarde que renunciaba para garantizar la “gobernabilidad” de Nuevo León y evitar cualquier confusión sobre si el estado tenía un gobernador o dos.
El ex subprocurador general de Nuevo León criticó la forma en que fue informado de la decisión de García de regresar a la gubernatura, afirmando que el secretario de gobierno, Javier Navarro -quien le informó de la decisión durante una conferencia de prensa la madrugada del sábado- no cumplió mostrar incluso la más mínima cortesía o respeto por el cargo que ocupaba. Sin embargo, reconoció el derecho de García a reasumir su cargo.
García –cuyas esperanzas de instalar a Navarro como gobernador interino se vieron frustradas por un fallo de la Corte Suprema el viernes por la noche que confirmó el nombramiento de Orozco– dijo el lunes por la mañana que había hablado con Orozco y le había informado de su decisión de no tomar licencia.
“Estamos de regreso, de hecho nunca me fui porque decidí no usar la licencia y al no usarla retomé funciones [as governor] El sábado a primera hora por la mañana”, afirmó el hombre de 35 años, que efectivamente renunció a su cargo por un breve período para comenzar su campaña como único MC “precandidato” a la presidencia.
García, cuyo período oficial de licencia debía comenzar el sábado, enfatizó que él es el “gobernador constitucional” elegido democráticamente de Nuevo León y, como para darle credibilidad a esa declaración, dijo a los periodistas que se dirigía a una reunión con el Embajador del Reino Unido en México.
“Estamos haciendo oídos sordos al PRI y al PAN, como un carnicero a los cerdos chillones”, dijo, refiriéndose a los dos partidos responsables del nombramiento de Orozco.
“No los escucho porque soy el gobernador constitucional de Nuevo León y seguimos con nuestro trabajo”, remarcó García, quien dijo el domingo que los dos partidos de oposición le enviaron una carta describiendo una larga lista de cosas que querían a cambio de aceptar permitir que Navarro se convirtiera en gobernador interino.
Dijo el lunes que había decidido regresar a la gobernación para garantizar que el PRI y el PAN (Partido Acción Nacional) no malversaran ninguno de los fondos públicos que su gobierno ha cuidado cuidadosamente durante los últimos dos años.
En un evento sobre el transporte público en Monterrey, García rechazó las afirmaciones de que regresó como gobernador para garantizar que no se descubran presuntas actividades corruptas por parte de su gobierno.
El PRI y el PAN han estado diciendo en los últimos días que “estamos ocultando” algo, pero “no hay nada que ocultar”, afirmó.
“Somos incorruptibles”, añadió García antes de enfatizar que no podría continuar su búsqueda para convertirse en presidente sin un representante de MC que lo sustituya como gobernador.
“… Siempre supimos que… el Congreso no iba a nombrar a alguien de [the MC] equipo y siempre dijimos muy claro que no íbamos a poner en riesgo a Nuevo León”, dijo.
García – actualmente el gobernador más joven de México – no ha descartado sus ambiciones presidenciales, sino que las ha congelado, diciendo el sábado que “2030 está muy cerca” y expresando confianza en que ganará las elecciones presidenciales de ese año.
Los resultados de una encuesta del periódico Reforma publicado el lunes mostró que su apoyo entre los votantes había aumentado al 14% desde el 12% en agosto, pero todavía estaba muy por detrás de la principal contendiente presidencial para 2024, Claudia Sheinbaum, con un 46%, y Xóchitl Gálvez, con un 25%.
Antes de que lleguen las elecciones de 2030 y García, y su influyente esposa Mariana Rodríguez, tengan la oportunidad de volver a poner en práctica sus habilidades de campaña, al gobernador le quedan cerca de cuatro años para completar su mandato en Nuevo León.
Combatir la crisis del agua que atravesó el estado en 2022 y atraer inversión extranjera han estado entre sus prioridades desde que asumió el cargo en octubre de 2021.
Si bien García se retiró de la próxima contienda presidencial, MC todavía planea presentar un candidato para las elecciones del 2 de junio de 2024. Se espera que el partido nombre a esa persona en enero.
Informes de Reforma, Milenio y el Universal