La crisis que ha dejado el huracán Otis en el puerto de Acapulco, Guerrero se extendió hasta el municipio de Chilpancingo, donde la gasolina ha escaseado al igual que el dinero en los bancos.
Personas afectadas, rescatistas, técnicos y trabajadores que se dirigen al puerto recargan combustible en este punto, también lo hacen quienes han salido del puerto con dirección a la Ciudad de México.
Las largas filas que se han formado en las gasolineras han comenzado a estrangular el tráfico con dirección al puerto de Acapulco principalmente, también las tiendas que se encuentran en las estaciones de distribución de gasolina y diésel, ya no cuentan con mercancías de alimentos, sin embargo, al interior de la ciudad la parte de los alimentos funciona con normalidad.
Durante un recorrido que realizó Grupo Imagen por diversas gasolineras, se observan largas filas de automovilistas que llenan los tanques de sus autos, así como bidones, botes de agua e incluso cubetas, para poder transportar ese combustible.
Lo mismo sucede en Acapulco, donde filas interminables de personas con bidones, envases de jabón o agua de 20 litros, esperan hasta dos horas para alcanzar 20 o 30 litros, ya que se raciona la gasolina.
Algo que sorprende, es la negación de ticket de comprobación de pago para evitar la facturación y el costo que se incrementa de 24 pesos hasta 30 pesos. Los despachadores de las bombas, antes de que se llene el tanque advierten “sólo efectivo, no sirven las tarjetas”.
Las radiodifusoras locales en Chilpancingo, reportan que los centros de autoservicio en Acapulco de plano cerraron sus puertas porque ya no tienen mercancías en sus estantes, respecto a la gasolina ya no hay estaciones con combustible y la mayoría no tiene energía para su funcionamiento.
De acuerdo con Isaac Rodríguez, quien pidió no mostrar su rostro, ni su voz; aseguró que, por orden de su gerente, de la última gasolinería que se ubica a la salida de Chilpancingo, “no les den ticket de compra de la gasolina, para evitar la facturación”. Esto generó molestia entre algunos automovilistas, quienes se quedan con su enojo en su intento por cargar este valioso combustible, en este momento de crisis.
También las grandes cadenas de supermercados son abarrotadas por la compra de víveres y agua para sus familias que están en Acapulco. Marlín Denisse Dávalos, oriunda de Chilpancingo, se hizo dos horas en una tienda de autoservicio para comprar agua, latas de perecederos, tortilla, pan y fruta; además de gasolina. Mi familia está en Acapulco y apenas me pude comunicar con ellos, y me dijeron que no hay nada, no hay agua, no hay comida, no hay absolutamente nada; además están robando, el dinero no vale”.
Los precios se han estado respetando hasta el momento en Chilpancingo, hay personas que se han llevado más de 100 botellas de agua, así como latas de atún y comida envasada para sus familiares de Acapulco.
Petróleos Mexicanos (Pemex) informó que el abasto de gasolinas y diésel para Acapulco y para todo Guerrero está garantizado, ya que existen reservas para 18 días. De manera específica, la petrolera detalló que, en el caso de Acapulco, la terminal de almacenamiento y despacho tiene en existencia poco más de 23.6 millones de litros (149 mil barriles) de gasolina y diésel. Para reforzar este inventario, se ha programado para los próximos días la llegada al puerto de Acapulco de un buque con 44 mil barriles de gasolina regular, 25 mil de gasolina premium y 3 mil de turbosina”, detalló Pemex en un comunicado.
A tres días de que el huracán Otis tocó el puerto de Acapulco no hay agua potable ni energía eléctrica y el comercio está suspendido, la ayuda se retrasó y ni los damnificados diamante han sido auxiliados, mucho menos los pobres que han comenzado a salir a las calles a saquear para poder comer, otros han aprovechado para robar incluso en sus propias empresas, porque el nivel de destrucción advierte que la economía acapulqueña se paralizó.
Ante la devastación, los habitantes de colonias populares y las zonas rurales del puerto salieron a pedir ayuda a las carreteras, para solicitar suministro urgente de víveres y medicamentos.
La crisis humanitaria generada por Otis, se suma la inseguridad. Conductores que llevan alimentos, van a visitar o buscar a sus familiares denuncian que están siendo asaltados en la autopista del Sol, en el tramo de Acapulco y Coyuca de Benítez. Aseguran que no hay nada de vigilancia en el lugar.
Este es uno de los principales motivos, por el que el Ejército decidió concentrar toda la ayuda que llega al puerto, instalando un centro de acopio general en la zona militar de Chilpancingo, sin embargo está retrasando la llegada de agua y alimentos a todos los damnificados.
La ayuda no ha llegado y las cosas comienzan a complicarse, no hay energía eléctrica en toda la ciudad, no hay suministro de agua potable, no hay una sola tienda donde se pueda comprar alimentos o agua para tomar. Y es que al no haber energía eléctrica, los pocos alimentos que hay comenzarán a descomponerse. Hay cientos de postes de energía eléctrica doblados, tirados por todo Acapulco. Personal de la Comisión Federal de Electricidad dio a conocer que hay torres de cableado de alta tensión que fueron derribadas y tardarán entre dos y tres semanas en repararlas. Un trabajador de la CFE señaló que no están trabajando porque no les han llegado los materiales necesarios y, aunque ya llegaron las brigadas que van a reparar el cableado y los postes, simplemente no están trabajando en estos momentos.
El aeropuerto de Acapulco ya está funcionando, pero las salidas y llegadas son hasta las 5 de la tarde, pues no hay energía eléctrica y, por lo tanto, no hay forma de alumbrar. Esto ayuda a sacar a los turistas que se quedaron atorados después del impacto del huracán. Las líneas de autobuses también están ayudando con corridas de autobuses a Chilpancingo y la Ciudad de México.