Por Adam Goldman, Ronen Bergman, Patrick Kingsley y Gal Koplewitz
Según funcionarios israelíes, la red de túneles de Gaza podría tener más de 700 kilómetros de extensión y cerca de 5700 entradas.
Un túnel en Gaza era tan ancho como para que un alto cargo de Hamás condujera un auto en su interior. Otro se extendía a lo largo de casi tres campos de fútbol y estaba oculto bajo un hospital. Debajo de la casa de un comandante de Hamás, el ejército israelí encontró una escalera de caracol que llevaba a un túnel de unos siete pisos de profundidad.
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Estos detalles y la nueva información sobre los túneles que, en algunos casos, han sido divulgados por el ejército israelí y documentados mediante videos y fotografías, subrayan por qué los túneles se consideraban una gran amenaza para el ejército israelí incluso antes de que comenzara la guerra en Gaza.
Pero los funcionarios y soldados israelíes que desde entonces han estado en los túneles —así como funcionarios y exfuncionarios estadounidenses con experiencia en la región— afirman que el alcance, la profundidad y la calidad de los túneles construidos por Hamás los ha asombrado. Incluso parte de la maquinaria que Hamás utilizó para construir los túneles, observada en videos, ha sorprendido a los militares israelíes.
El ejército israelí cree que hay muchos más túneles bajo Gaza.
En diciembre, se estimó que la red de túneles tenía unos 402 kilómetros. Altos funcionarios de defensa israelíes, que hablaron con la condición de mantener su anonimato para discutir asuntos de inteligencia, estiman actualmente que la red tiene entre 563 y 724 kilómetros, cifras extraordinarias para un territorio que en su punto más largo mide solo unos 40 kilómetros. Dos de los funcionarios también evaluaron que hay cerca de 5700 entradas separadas que conducen a los túneles.
Las cifras no han podido ser verificadas de forma independiente, y existen diversos cálculos de los funcionarios israelíes sobre el mayor alcance de la red de túneles, basadas en diferentes datos de inteligencia. Pero no se discuten los inmensos esfuerzos de Hamás por militarizar el enclave, ni los fallos de inteligencia del ejército israelí al subestimar el alcance y la importancia de esta red para la supervivencia de Hamás.
En una reunión en enero de 2023, un alto cargo militar israelí dijo que los túneles ni siquiera serían un factor a tomar en cuenta en cualquier guerra futura con Hamás debido a la fuerza militar de Israel, según una transcripción de la discusión revisada por The New York Times.
“Hamás ha utilizado el tiempo y los recursos de los últimos 15 años para convertir Gaza en una fortaleza”, declaró Aaron Greenstone, exagente de la CIA que ha trabajado extensamente en Medio Oriente.
Para el ejército israelí, los túneles son una pesadilla subterránea y el núcleo de la capacidad de Hamás para sobrevivir. Todos los objetivos estratégicos de Israel en Gaza están ahora vinculados a la destrucción de los túneles.
“Si quieres destruir a los dirigentes y el arsenal de Hamás, tienes que destruir los túneles”, declaró Daphné Richemond-Barak, experta en el uso de túneles en combates de la Universidad Reichman de Israel. “Están conectados con cada parte de las misiones militares”.
Hamás ha invertido mucho en los túneles porque no dispone de los recursos ni de los efectivos necesarios para luchar contra el ejército israelí en una guerra convencional. El grupo utiliza los túneles como bases y arsenales militares, y depende de ellos para mover sus fuerzas sin que sean detectadas y proteger a sus líderes.
Un documento de 2022 mostraba que Hamás había presupuestado 1 millón de dólares para las puertas de los túneles, talleres subterráneos y otros gastos en Jan Yunis.
Hace poco, funcionarios de los servicios de inteligencia israelíes evaluaron que había unos 160 kilómetros de túneles justo debajo de Jan Yunis, la ciudad más grande del sur de Gaza, donde las fuerzas israelíes libran ahora intensos combates. Yahya Sinwar, jefe militar de Hamás en Gaza, tenía una casa en Jan Yunis.
Además, un informe de 2015 indicaba que Hamás había gastado más de 3 millones de dólares en túneles por toda la Franja de Gaza, incluidos muchos construidos bajo infraestructuras civiles y lugares sensibles como escuelas y hospitales, según el ejército israelí.
El ejército israelí dijo que había encontrado dos tipos de túneles: unos utilizados por comandantes y otros por operativos. Los túneles de los comandantes son más profundos y cómodos, lo que permite estancias más largas y el uso de baldosas de cerámica. Los otros túneles son más austeros y, a menudo, menos profundos.
Un funcionario israelí dijo que los militares podrían haber pasado un año localizando un solo túnel, pero ahora la campaña terrestre ha proporcionado un tesoro de información sobre la red subterránea de Gaza.
El ejército israelí ha examinado los ordenadores utilizados por los agentes de Hamás encargados de la construcción de túneles para encontrar los pasadizos subterráneos, según ha declarado un alto funcionario israelí. Algunos documentos capturados en la guerra también están resultando claves. El ejército israelí ha encontrado listas de las familias que “albergaban” las entradas de los túneles en sus casas particulares.
En un caso, los soldados israelíes localizaron un mapa de túneles en Bait Hanun, ciudad del norte de Gaza, y lo utilizaron para encontrar y destruir los túneles. Incluso con esta inteligencia de campo de batalla, los combates en Gaza en torno a los túneles han sido agotadores. El ejército israelí informó que casi 190 soldados han muerto y unos 240 han resultado gravemente heridos desde que comenzó la campaña terrestre. Pero el ejército no ha revelado el número de muertos y heridos en relación con el uso de túneles.
Un soldado, que habló bajo condición de anonimato por motivos de seguridad, dijo que supervisó la destrucción de unos 50 túneles en Bait Hanun. Todos estaban llenos de trampas explosivas, dijo. El soldado, oficial de los ingenieros de combate, dijo que su unidad había encontrado bombas ocultas en las paredes y un enorme artefacto explosivo que estaba preparado para ser activado a distancia.
El soldado, que era reservista y ya ha sido retirado, dijo que el explosivo había sido fabricado en una fábrica y tenía un número de serie. Si hubiera estallado, la bomba habría matado a cualquiera que estuviera en el túnel y a poca distancia fuera de él, dijo.
Hamás difundió en noviembre un video en el que mostraba cómo atrajo a un grupo de cinco soldados israelíes hasta la entrada de un túnel en Bait Hanun y luego utilizó una bomba colocada junto a la carretera para matar a los soldados.
Richemond-Barak dijo que Hamás había importado la táctica de los rebeldes sirios, quienes mataron a decenas de soldados gubernamentales en un ataque a un túnel en 2014 en Alepo.
El 8 de enero, soldados israelíes llevaron a los periodistas a ver tres pozos de túnel en el centro de Gaza: uno en el interior de un edificio agrícola de una planta en las afueras de Bureij; el segundo en el interior de una fábrica de acero de civiles en las afueras de Maghazi y el tercero en el interior de un cobertizo cercano a la fábrica.
El pozo de la fábrica de acero era el más profundo y sofisticado. Descendía unos 27 metros y estaba equipado con una especie de ascensor. Los soldados dijeron que se utilizaba para transportar piezas de munición que se moldeaban en la acería. Cerca había un cubo con proyectiles o cabezas de cohetes. Los soldados dijeron que los proyectiles se basaban en una plantilla de un proyectil de mortero amarillo fabricado en EE. UU. con la inscripción “Proyectil de mortero de 20 mm; Lote 1-2008”.
Los soldados no permitieron a los periodistas entrar en el pozo, citando el riesgo de explosiones, pero dijeron que Hamás llevaría las piezas de munición al túnel para transportarlas a otra parte de la red, donde se les colocarían explosivos.
Se dijo que el túnel conducía a un cobertizo cercano hecho de hierro corrugado. Los periodistas fueron escoltados hasta ese cobertizo, donde vieron 10 cohetes grandes de unos tres metros de largo y pintados de verde oliva. Los cohetes estaban contenidos en largas jaulas alargadas, posiblemente utilizadas para transportarlos.
Los soldados dijeron que los cohetes tenían un alcance de unos 100 kilómetros. Un pozo en el suelo conducía al subsuelo, pero no estaba claro adónde se dirigía ni a qué profundidad. Parecía menos profundo que el primer pozo.
El logotipo de las brigadas Qassam, brazo militar de Hamás, estaba pegado en una pared.
Más tarde, el ejército israelí publicó fotos y video de los pozos y otras instalaciones cercanas. Un fotógrafo del Times también documentó la infraestructura militar.
Los soldados también llevaron a los periodistas a ver un tercer pozo en un edificio agrícola de una planta en Bureij, poco más de un kilómetro al norte, rodeado de tierras de cultivo. Dijeron que el pozo estaba oculto tras una puerta cerrada, que había sido arrancada de sus bisagras. Una vez más, no se permitió a los periodistas entrar en el túnel.
Fuera, a unos 100 metros de distancia, las excavadoras militares parecían haber desenterrado parte del túnel que salía del edificio de la granja. Estaba a unos cinco metros bajo la superficie, tenía forma de arco y era lo bastante ancho para que pasara cómodamente una persona.
Hamás ha mejorado su capacidad para ocultar los túneles, pero el alto funcionario dijo que el ejército israelí había descubierto uno de los modelos operativos del grupo. El funcionario lo denominó el “triángulo”. Siempre que el ejército israelí encuentra una escuela, un hospital o una mezquita, los soldados saben que pueden esperar localizar un sistema de túneles subterráneos bajo ellos, dijo el funcionario.
Destruir los túneles no es una tarea fácil, dijo. Hay que cartografiarlos, comprobar si hay rehenes y no solo dañarlos, sino hacerlos irreparables. Los últimos intentos de demoler los túneles inundándolos con agua de mar han fracasado.
El funcionario estimó que podría llevar años desactivar el sistema de túneles.
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