En Gladiator (2000) Maximus Decimus Meridius (Russell Crowe) se enfrenta a una Roma corrupta y violenta bajo el mando de Cómodo (Joaquín Phoenix). En Gladiator 2 (2024), esa lucha parece más lejana que nunca con los hermanos emperadores Geta (Joseph Quinn) y Caracalla (Fred Hechinger) en el poder, llevando a Roma al borde del colapso. Ambas películas exploran intrigas políticas y reflexionan sobre el poder, la ambición y la crueldad en el contexto del Imperio Romano.
A pesar de ser películas de ficción, la saga Gladiator se basa en eventos reales que fueron aún más truculentos de lo que muestran las películas, profundizando en la historia de Roma Imperial. Desde el contexto de los emperadores Caracalla y Geta hasta la violencia del poder en la época.
La historia centrada en los emperadores Caracalla y Geta muestra la fragilidad del gobierno romano debido a sus disputas personales y su crueldad. Caracalla, en particular, fue conocido como un tirano sanguinario con una historia de violencia y crueldad a sus espaldas.
En cuanto a Lucilla, su papel en la saga Gladiator refleja la lucha por el poder y los valores perdidos del Imperio. Aunque la Lucilla real tuvo una historia diferente, su personaje en la película encarna la complejidad del periodo.
La figura de Lucius, aunque representada de manera ficticia en Gladiator 2, era en realidad un personaje histórico importante en Roma, como nieto de Marco Aurelio e hijo de Lucius Verus. Por otro lado, Pompeiano, el otro hijo de Lucilla, no logró sobrevivir a los planes violentos de Caracalla y fue asesinado en medio de la brutalidad del poder.