San Cristóbal de Las Casas, Chis. El indígena tsotsil Nicolás Gómez López fue liberado después de permanecer “encarcelado injustamente por 16 años”, acusado de los delitos de homicidio calificado y lesiones junto con cuatro hermanos que continúan presos, pues fueron sentenciados a 31 años con nueve meses de prisión.
Junto con ellos fue detenido en agosto de 2008 su padre Martín Gómez Luna, quien murió en 2019 bajo arraigo en su casa, a causa de “la tortura” que sufrió por parte de la policía, al igual que sus cuatro hijos.
Miguel Ángel Zenón, uno de los representantes de indígenas presos agrupados en la organización Solidarios de La Voz de El Amate, junto con Alberto Patishtán Gómez, quien en 2013 fue indultado por el presidente Enrique Peña Nieto, luego de más de 13 años de cárcel acusado de asesinar a siete policías estatales, explicó que Nicolás fue excarcelado el martes, de manera condicionada, por lo que tendrá que acudir a firmar de manera periódica.
En rueda de prensa señaló que Nicolás y sus hermanos Mariano, Marcos, Mario y Martín Gómez López, originarios de la comunidad de Jolitontic, municipio de Chalchihuitán, “fueron torturados al ser detenidos en agosto de 2008. No tuvieron un traductor ni asesor jurídico en su idioma y no se respetó el debido proceso. Cuando fueron detenidos no sabían leer ni escribir y no hablaban castellano”.
Acompañado también Alberto Patishtán, de Yesenia Hernández, solidaria que da acompañamiento sicológico a los presos indígenas, y Sandra Luz Espinoza Zepeda, solidaria también, Zenón dijo que los cuatro hermanos y el padre fueron acusados de asesinar a Pedro Gómez Díaz, Marcela Hernández Girón y René Gómez Hernández, además de lesionar a algunos menores.
Explicó que Marcela “era curandera tradicional de Jolitotic y tenía fama de hacer daño a las personas. Nicolás tiene una hija que enfermó y pensaron que ella le hacía algún daño, por lo que fue la familia a hablar con ella para pedirle que dejara en paz a la hija. Un año después, la mujer y su familia fueron asesinadas. El razonamiento para inculparlos fue que un año antes habían discutido y fueron a sacarlos de su casa sin que existieran pruebas de los delitos que les imputaron y después fueron condenados a 31 años con nueve meses de prisión”.
Agregó que “en la carpeta de investigación se asentó que ellos habían sido heridos por las víctimas e incluso había sangre, pero no se realizaron los estudios periciales para analizar a quién pertenecía la sangre. Además, ninguno de ellos estaba herido”.
Aseguró que en el transcurso del juicio, “uno de los hijos de estas personas se desdijo; afirmó que él no los vio”.
Zenón sostuvo que los acusados “fueron sujetos de tortura, por parte de policías especializados del agente del Ministerio Público Investigador”, por lo que “presentaron sus respectivas denuncias penales, ante la Unidad Especializada de Investigación del Delito de Tortura de la Fiscalía de Derechos Humanos; están a la espera de sus resultados periciales para el Protocolo de Estambul”.
Nicolás, de 56 años, afirmó que se siente “muy contento y feliz por haber salido de la cárcel, pero también está triste” porque sus cuatro hermanos y otro compañero de nombre Roberto Martínez Pérez continúan en prisión en el penal de San Cristóbal.
“Tengo mi esposa y cuatro hijos que viven en la comunidad, a donde voy a regresar a trabajar en el campo, pues tengo un poquito de parcela”, manifestó, al tiempo de señalar que su hija que estaba enferma cuando ocurrieron los hechos “vive”.
Nicolás y Zenón exigieron la liberación de los cuatro hermanos Gómez López y de Roberto Martínez, todos miembros de Solidarios de la Voz de El Amate.