Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador recomendó a quienes aspiran a ser coordinadores de la transformación en los estados donde habrá elecciones, lo que los llevaría a ser los eventuales candidatos a las gubernaturas, a “no meterse” en la publicidad, sino a tener humildad y vocación de servicio por el pueblo.
“Es ilegal y es contraproducente toda esa publicidad, no le gusta a la gente, no se obtienen así simpatías, el pueblo apoya cuando un dirigente, cuando un servidor publico, es honesto, es trabajador, le tiene amor al pueblo”.
Interrogado en la mañanera sobre el excesivo uso de espectaculares por parte de quienes aspiran a obtener la candidatura de Morena en Veracruz, el mandatario federal apuntó: “una recomendación respetuosa, que no se metan a eso, les sale contraproducente”.
Aseguró que cuando la gente ve esos espectaculares, carteles o pintas que “invaden e inundan, ni los ve ni los toma en cuenta”.
Se trata, dijo, sólo de publicidad. “Es como querer meter al mercado un producto chatarra y engañar, ya no funciona eso. De modo que ya no se puede. Además, no es fácil el obtener la confianza de la gente, hay que trabajar por el pueblo y demanda de muchas fatigas”.
Un servidor público, agregó, no puede actuar de manera déspota cuando desempeña su labor en un cargo público. “Nunca saludo a nadie, nunca escucho a nadie; y de repente, viene la temporada de elecciones y ya quiero cambiar, y ahora sí, ahí ando, de afanosito. ¡Pues no!
“Deben dejar la arrogancia, entender que el poder es humildad y es servicio. Pero bueno esto aplica para todos, así es esta situación”.
Recordó que este tipo de propaganda política no funciona, y el ejemplo más claro fue la guerra sucia en su contra cuando fue candidato presidencial en 2006 y se acuñó la frase “López Obrador es un peligro para México”.
El presidente subrayó: “Eso no funciona, ni siquiera en campañas de desprestigio como las que padecimos en 2006 del ‘peligro para México’, que era cuando tenían todo el control de los medios y era hitleriano, que era repetir y repetir que yo era un ‘peligro para México’. Ni siquiera en ese entonces que trajeron a un publicista estadunidense, Morris, y a un español, Solá, con ese propósito, ni siquiera así les funcionó, tuvieron que recurrir al fraude, a rellenar las urnas y a falsificar las actas, y vaya que fue campaña sucia, una guerra sucia”.