En el mundo de la música, donde continuamente se mezclan géneros y estilos, un artista se destaca por su compromiso de celebrar su herencia diversa a través del lenguaje universal de la música. Mexico News Daily tuvo el privilegio de hablar con Llewellyn Sánchez-Werner, un notable artista mexicano-estadounidense cuyos antecedentes multifacéticos han dado forma a su trayectoria como músico, compositor y defensor del poder curativo de la música.
Nacido en un rico tapiz de influencias culturales, la historia de Llewellyn comienza con su herencia mixta, un fiel reflejo del crisol estadounidense. “Tengo una herencia muy variada; mi mamá nació en guadalajara. Se mudó a Estados Unidos cuando tenía siete años con su gran familia. Mi papá nació en los EE. UU. Su origen es galés, alemán, polaco y judío. Nací en California y cuando tenía nueve años me mudé a Nueva York. Así que tengo una gran familia maravillosa que me brindó una rica experiencia mientras crecía”.
Esta educación diversa sentó las bases de un viaje artístico único. Como músico, director y compositor, Llewellyn ha recorrido los cinco continentes con sus actuaciones, conectando a personas de diferentes orígenes a través del poder curativo de la música. Su pasión por la música como puente entre culturas es palpable. “Me importa mucho la defensa de las artes y lo que se puede hacer para unir a diferentes personas con diferentes ideas a través del poder curativo de la música”, enfatiza.
Pero, te preguntarás, ¿cómo influye su herencia mixta en su música? Su respuesta es tan esclarecedora como inspiradora. “Creo que la música es una embajadora maravillosa. Creo que cuando la gente mira no sólo la música sino también las artes, cuando la gente mira los murales de Diego Rivera y Siqueiros, o cuando lee literatura maravillosa, cuando escucha música vibrante, no puede evitar comprender mejor una cultura que de otro modo Puede que les parezca demasiado extraño o demasiado exótico”.
Abrazando sus raíces de músico clásico, se inspira en compositores mexicanos legendarios como Manuel Ponce y Carlos Chávez, quienes hábilmente entrelazaron tradiciones populares mexicanas, influencias indígenas y elementos clásicos. “Incorporar algo de esa música en mi actuación me hace feliz. Lo pongo junto a otros compositores de todo el mundo y lo llevo conmigo a todo el mundo. Me llevo a México a donde quiera que vaya”.
Sus esfuerzos por mostrar esta fusión de elementos culturales han sido recibidos calurosamente en todo el mundo. “Me gusta mirar a la humanidad en su mejor momento porque a veces es muy fácil mirarla en su peor momento. Entonces, creo que, en el mejor de los casos, la gente es curiosa, imaginativa y empática. Y siempre que se presente correctamente, creo que la gente siempre lo valora mucho”, comparte.
Su viaje musical comenzó a la tierna edad de dos años, gracias al apoyo de su madre y su inquebrantable fascinación por el piano. “Empecé a jugar cuando tenía dos años. Entonces se lo debo a mi mamá”, recuerda. «Estaba obsesionado con eso. Quería saber más. Entonces ella quería darme lecciones, pero nadie quería enseñarle a un niño de dos años, ¿verdad?
Decidida a cultivar su talento, encontró un maestro dispuesto a enseñarle. Luego, ella misma le enseñaría a Llewellyn. Llewellyn comenzó a sentir un compromiso más profundo con la música como la vocación de su vida durante sus primeros años de adolescencia. “Creo que a lo largo del camino, especialmente en mi adolescencia, comencé a sentir un compromiso más profundo; así quería contribuir a la sociedad. Esto es realmente lo que quise hacer durante toda mi vida hasta los 100 años”, reflexiona.
El compromiso de Llewellyn con la música lo ha llevado a crear impresionantes espectáculos multidisciplinarios, como la próxima celebración del Día de Muertos en Brooklyn. “Va a ser en Brooklyn Art House. Y la idea es celebrar el Día de Muertos”, comparte emocionado. La actuación promete una experiencia inmersiva que combina música de piano con coreografía, títeres de sombras, narración y un “ofrenda” (altar) centrado en el rico tapiz cultural del Día de Muertos. El objetivo es ofrecer al público una comprensión más profunda de la festividad más allá de sus macabras asociaciones. “Será una hora de música llena de acción de principio a fin. Mucha energía, ilusión y un poco de ternura también”, añade.
Crear este tipo de espectáculo multidisciplinario presenta desafíos únicos, reconoce, pero los aborda con entusiasmo y “precaución en la organización”. “Pero la cuestión es que con el piano, con sus 88 teclas y muchas voces, se puede hacer mucho. Realmente podemos crear el sonido de una orquesta sólo con este instrumento. Es muy profundo, ligero, rico, colorido y se puede hacer mucho”.
Su compromiso con estos proyectos se extiende más allá del ámbito del arte. Llewellyn ve la música como una herramienta poderosa para salvar divisiones y fomentar la unidad: se inspira en historias como las de israelíes y palestinos tocando juntos en una orquesta o la interpretación histórica de Leonard Bernstein de la Novena Sinfonía de Beethoven en Berlín. “Me importan mucho proyectos como este porque hay suficiente literatura musical para dos o tres vidas”, afirma apasionadamente. “Estoy emocionado de realizarlo y llegar a la gente. Pero la cuestión es que me inspiran ciertas historias que he escuchado del pasado. Como Barenboim, tener israelíes y palestinos tocando la misma orquesta con la West-Eastern Divan Orchestra o la idea de que Leonard Bernstein dirigiera la Novena Sinfonía de Beethoven con todos sus temas de hermandad y unidad a ambos lados del Muro de Berlín justo antes de su caída. «
Al finalizar nuestra entrevista, brilla su entusiasmo por la música, la cultura y el poder del arte para unir. Espera regresar a México, donde sus raíces son profundas y compartir su pasión por la música con el mundo. “Tengo muchas esperanzas de jugar más allí la próxima temporada. Absolutamente”, dice, enfatizando su deseo de acercar a la gente a la cultura mexicana y desafiar los prejuicios.
En un mundo cada vez más diverso, artistas como Llewellyn Sánchez-Werner nos recuerdan el profundo impacto de la música al fomentar la comprensión, la empatía y la unidad entre personas de todos los ámbitos de la vida. Mientras continúa compartiendo su música y su herencia, su viaje nos inspira a todos: un testimonio del poder duradero del arte para trascender fronteras y unir a las personas.
Camila Sánchez Bolaño es periodista, feminista, librera, conferencista y promotora cultural y es editora en jefe de la revista Newsweek en Español y editora de artículos de México News Daily.