Y, de hecho, esa es la explicación de Trump para el cambio radical. La semana pasada publicó, en mayúsculas, en Truth Social: “TIKTOK ES MENOS PELIGRO PARA EE. UU. QUE META (¡FACEBOOK!), QUE ES UN VERDADERO ENEMIGO DEL PUEBLO”. Para Trump todo es siempre un análisis de suma cero. Prohibir TikTok fortalecería a Meta, en opinión de Trump, y preferiría ponerse del lado de China que de Zuckerberg.
Por supuesto, muchos de los aliados más confiables de Trump siguieron su ejemplo para evocar a todos los demonios internos más despreciados del MAGA. Sean Davis, del Federalista, por ejemplo, publicado en X que “los aduladores del Estado profundo se están aprovechando del sentimiento anti-China para transferir el aparato de vigilancia de TikTok del malvado estado de vigilancia de China al malvado estado de vigilancia del gobierno de Estados Unidos”. Donald Trump Jr. Culpado del intento de prohibir TikTok sobre los dos grandes enemigos de MAGA, el “Establecimiento” y las “Grandes Tecnologías”.
Catoggio observó correctamente: “Dice mucho” que “Trump se sintiera seguro aliándose políticamente con China en un tema apremiante en un año electoral, siempre y cuando enmarcara su posición en términos de una mayor antipatía hacia uno de los enemigos internos de la derecha, las grandes empresas tecnológicas. “
En esta cuestión específica todavía hay esperanza. A diferencia de cuando Trump se pronunció en contra del proyecto de ley fronterizo del senador republicano James Lankford, el Partido Republicano no adoptó inmediatamente en masa la posición de Trump. Una abrumadora mayoría de republicanos votó a favor del proyecto de ley y aún está por verse si los senadores republicanos volverán a debilitarse ante la mirada de Trump. Pero mi alarma sobre Trump tiene mucho menos que ver con este proyecto de ley que con lo que dice su posición sobre su potencial presidencia.
La semana pasada escribí una columna instando a los conservadores de Reagan y a los republicanos de Haley a votar por Joe Biden. La reacción fulminante de algunos miembros de la derecha demostró hasta qué punto muchos republicanos todavía tienen la creencia errónea de que Trump posee convicciones conservadoras. ¿Cuántas veces tiene que demostrar que sus quejas personales y su percibido interés propio siempre prevalecerán sobre la ideología o la política?