NUEVA YORK.- John Grisham, Jodi Picoult y George R.R. Martin son algunos de los 17 autores que demandaron a OpenAI por “robo sistemático a escala masiva”, en la más reciente de una ola de acciones legales por parte de escritores consternados porque los programas de inteligencia artificial utilizan sus obras protegidas por derechos de autor sin autorización.
En documentos presentados el martes ante un tribunal federal de Nueva York, los autores alegaron “infracciones flagrantes y perjudiciales a los derechos de autor registrados de los demandantes” y calificaron el programa ChatGPT, desarrollado por OpenAI, como una “empresa comercial” que depende del “robo sistemático a escala masiva”.
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La demanda fue organizada por el Sindicato de Autores y también incluye a David Baldacci, Sylvia Day, Jonathan Franzen y Elin Hilderbrand, entre otros.
“Es imperativo que detengamos este robo en seco o destruiremos nuestra increíble cultura literaria, que alimenta a muchas otras industrias creativas en Estados Unidos”, dijo en un comunicado la directora ejecutiva del Sindicato de Autores, Mary Rasenberger.
“Los grandes libros generalmente los escriben aquellos quienes pasan sus carreras y, de hecho, sus vidas, aprendiendo y perfeccionando sus oficios. Para preservar nuestra literatura, los autores deben tener la capacidad de controlar si sus obras son utilizadas por la IA generativa y cómo”.
La demanda cita búsquedas específicas de ChatGPT para cada autor, como una para Martin que alega que el programa generó “un esquema infractor, no autorizado y detallado para una precuela” de “A Game of Thrones” (“Juego de Tronos”) que se tituló “A Dawn of Direwolves” (Un amanecer de lobos huargos) y utilizó “los mismos personajes de los libros existentes de Martin en la serie ‘A Song of Ice and Fire’ (‘Canción de hielo y fuego’)”.
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En un comunicado enviado el miércoles, un portavoz de OpenAI dijo que la compañía respeta “los derechos de los escritores y autores, y cree que deberían beneficiarse de la tecnología de IA”.
“Estamos teniendo conversaciones productivas con muchos creadores de todo el mundo, incluido el Sindicato de Autores, y hemos estado trabajando de manera cooperativa para comprender y discutir sus preocupaciones sobre la IA. Somos optimistas y continuaremos encontrando vías mutuamente beneficiosas para trabajar juntos y ayudar a las personas a utilizar nuevas tecnologías en un rico ecosistema de contenido”, se lee en el comunicado.
A principios de este mes, un puñado de autores, entre ellos Michael Chabon y David Henry Hwang, demandaron a OpenAI en San Francisco por “clara infracción de la propiedad intelectual”.
En agosto, OpenAI pidió a un juez federal de California que desestimara dos demandas similares, una que involucraba a la comediante Sarah Silverman y otra al autor Paul Tremblay.
En un expediente judicial, OpenAI dijo que las afirmaciones “conciben erróneamente el alcance de los derechos de autor, al no tener en cuenta las limitaciones y excepciones (incluido el uso legítimo) que dejan espacio para innovaciones como los grandes modelos de lenguaje que ahora están a la vanguardia de la inteligencia artificial”.
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Las objeciones de los autores a la IA han ayudado a que Amazon.com, el minorista de libros más grande de Estados Unidos, cambie sus políticas sobre libros electrónicos.
El gigante en línea ahora está pidiendo a los escritores que quieran publicar a través de su programa Kindle Direct que notifiquen a Amazon con anticipación que incluirán material generado por IA.
Amazon también está limitando a los autores a tres nuevos libros autoeditados en Kindle Direct por día, en un esfuerzo por restringir la proliferación de textos de IA.
Con información de AP