La primera jornada de liberación de rehenes por parte de Hamas dejó sin duda varias anécdotas llenas de emotividad, como fue la del reencuentro del pequeño Ohad Munder con su padre, luego de pasar 49 días en calidad de secuestrado.
En el primer día de un proceso que busca la liberación de israelíes plagiados por milicianos de Hamas en su incursión del 7 de octubre se presentó el conmovedor episodio de reconciliación de cuatro niños, entre ellos Ohad Munder. Esta liberación se da a cambio también de la puesta en libertad de prisioneros palestinos en cárceles israelíes.
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Ohad Munder, quien cumplió nueve años mientras estaba en cautiverio, fue recibido con lágrimas de alegría por su familia en el Centro Médico Infantil Schneider. Imágenes conmovedoras capturaron el momento en que Ohad corrió hacia los brazos de su padre, marcando el fin de un periodo difícil para el niño israelí.
El director de pediatría del centro, Gilat Livni, informó que los cuatro niños liberados se encuentran en condiciones relativamente buenas. Aunque algunos compartieron experiencias, Livni se negó a dar más detalles sobre los difíciles momentos que vivieron durante su secuestro.
“Fue interesante, perturbador y conmovedor”, expresó Livni al describir las interacciones con los niños liberados. Mientras tanto, familiares de Ohad esperan ansiosos para reunirse con él. Roni Haviv, prima de Ohad, compartió su emoción: “Estoy esperando ver a Ohad y no puedo esperar para darle su cubo de Rubik, que sé que le encantaba y que probablemente lo extrañaba mucho”.
En imágenes difundidas por el hospital, Ohad se muestra jugando con su cubo de Rubik y haciendo burbujas, disfrutando de su libertad recién recuperada. Sin embargo, la alegría se ve matizada por la situación del abuelo de Ohad, Avraham Munder, de 78 años, quien aún permanece secuestrado en Gaza.
OTRO REENCUENTRO
Raz Asher, una niña de cuatro años, también fue liberada junto a su hermana de dos años, Aviv, y su madre, Doron. Fotografías del hospital capturaron el emotivo abrazo de la familia en la cama del centro médico, mostrando la intensidad del reencuentro.
Yoni Katz Asher, padre de las niñas, expresó su felicidad por tener a su familia de vuelta pero subrayó la cautela. “Estoy feliz de haber recibido a mi familia de regreso, se me permite sentir alegría y derramar una lágrima. Eso es algo humano”, señaló.
“Pero no lo celebraré hasta que el último de los rehenes regrese a casa”, dijo el adulto.
La cautela del padre refleja la complejidad de la situación en la región. Aunque estos niños han sido liberados, aún existen otros ciudadanos en cautiverio, lo que mantiene la tensión en la espera de su retorno seguro. Sin embargo, este primer día de intercambio deja entrever la esperanza de futuros acuerdos.
Con información de medios