La OCDE ha asumido el seguimiento de los compromisos del llamado Pacto de París para los Pueblos y el Planeta (P4) para conseguir un aumento de la financiación internacional para que los países con menos recursos puedan afrontar los desafíos de la pobreza y del cambio climático.
El anuncio lo formalizó este viernes el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Mathias Cormann, durante la sesión de apertura del Foro de París por la Paz, en la que hizo de maestro de ceremonias el presidente francés, Emmanuel Macron, que fue a su vez el promotor de la cumbre de lanzamiento del P4 en junio.
«La OCDE está plenamente comprometida», afirmó Cormann, que dijo que se trata de garantizar que los diferentes compromisos «se traducen en acciones concretas».
Macron recordó que la cumbre de junio se había puesto en marcha con cuatro pilares, el primero de los cuales era que los países pobres no tendrán que elegir entre dedicar sus recursos a la lucha contra la pobreza o para adaptarse al cambio climático.
Los otros son que cada país debe ser soberano para definir su propio itinerario, que hacen falta muchos más fondos públicos y que al mismo tiempo esos fondos públicos deben servir para movilizar dinero del sector privado.
El presidente francés quiso aprovechar esta sesión del Foro de París por la Paz para dar cuenta de los avances que se habían logrado desde la cumbre de junio, y de eso se encargó en particular Kristalina Georgieva, la directora ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Georgieva se refirió, entre otras cosas, al objetivo que inicialmente se había fijado para obtener 100 mil millones de dólares de los llamados Derechos Especiales de Giro (DEG), y que se ha superado con creces, ya que actualmente se ha alcanzado una cifra que está en 160 mil-170 mil millones.
El actual presidente de Senegal, Macky Sall, que termina su mandato con las elecciones convocadas en su país el próximo mes de febrero, asumirá la responsabilidad de «enviado especial» para el P4.
En una breve intervención, Sall hizo hincapié en que lo que se busca no es «la revolución, sino una evolución de las mentalidades, de la gobernanza mundial para que sea más inclusiva y refleje mejor la realidad del mundo actual».