El festival de cine de Sundance en 1999 fue testigo de un hito en el mundo del terror con el estreno de El proyecto de la bruja de Blair, una película pionera en el género de found footage. Dirigida por Eduardo Sánchez y Daniel Myrick, la película seguía a tres estudiantes de cine perdidos en un bosque, filmando todo en un intento por dejar constancia de su experiencia. Esta película se convirtió en una sorpresa en el festival y en una de las películas más perturbadoras de la historia.
A partir de este punto, surgieron otras películas perturbadoras en el género del terror, como La autopsia de Jane Doe, que sigue a dos patólogos enfrentándose a un caso misterioso; El legado del diablo, que explora el horror folclórico y el duelo en una familia; Te sigue, una historia sobre una entidad que se propaga a través del sexo; Sonríe, que trata sobre una doctora que enfrenta lo paranormal; y la saga Terrifier, protagonizada por un payaso asesino despiadado.
Estas películas reflejan la constante reinvención del género del terror y exploran el miedo desde perspectivas novedosas y perturbadoras. Con una combinación de elementos visuales impactantes y tramas retorcidas, estas películas han cautivado a audiencias ávidas de emociones fuertes y escalofriantes.