Ciudad de México. La reciente advertencia de Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), sobre revisar la política comercial de México con China, parece estar alineada con la constante presión de Estados Unidos para poner barreras a la entrada de inversión y productos del gigante asiático, señala Enrique Dussel Peters, coordinador del Centro de Estudios México-China (Cechimex), quien además anticipa lo peligroso que es que México se «suba al carro anti-China» que maneja EU.
Ante los recientes señalamientos del funcionario mexicano de que «China nos vende, pero no nos compra», el especialista resaltó que la política comercial no necesariamente debe ser recíproca, sino estratégica y con base en una estructura productiva que beneficie a las empresas mexicanas, las cuales compran bienes intermedios que no se fabrican en la región para hacer productos que se exportan y se comercializan en territorio nacional.
«El señalamiento de que el comercio con China no es recíproco me parece un concepto bastante raro por parte del secretario de Hacienda, porque el comercio usualmente no es recíproco. Por ejemplo, el que tiene México con EU no es recíproco, tampoco lo es con Guatemala, por nombrar ejemplos, sino que el comercio tiene una estructura y una tendencia que se va formando con el tiempo», explicó.
En días pasados Ramírez de la O declaró que «China nos vende pero no nos compra», al destacar que anualmente México importa mercancías por un valor de 119 mil millones de dólares, mientras exporta sólo 11 mil millones. Dicho señalamiento, destacó Dussel Peters, «viene de las presiones, por no decir chantajes, de Estados Unidos» para que México no incluya valor agregado chino en sus exportaciones.
“EU no quiere valor agregado de China en las exportaciones de México, ni nada que tenga olor a ese país con el que enfrenta una guerra comercial. Es más algo llamado security-shoring, que es esa estrategia de seguridad nacional, que entre otras cosas bloquea a China en todo sentido, desde lo comercial hasta lo académico o cultural. Quieren que México haga lo mismo, lo que no tiene sentido, porque desde hace 20 años es nuestro segundo socio comercial.”
Para el coordinador del Cechimex, la necesidad expuesta de revisar la política comercial de México con China parte de un punto de vista sesgado, pues históricamente ni gobierno, legisladores o sector privado se han esforzado en realizar estudios a profundidad sobre los particulares lazos comerciales.
«Esta estructura comercial con China se ha gestado desde hace décadas. China es el segundo socio comercial de México desde 2003 y hay fuertes motivos por los cuales empresas trasnacionales como Walmart, por poner sólo un ejemplo, o firmas nacionales, han generado estructuras alrededor de las importaciones chinas, y no sólo por sus incentivos en precios, sino por su logística, calidad y hasta exigencia, muchas veces de los propios consumidores estadunidenses», explicó Dussel Peters.
Para el especialista, el gran reto del gobierno es desarrollar una relación triangular, en la que se cuide la estrategia de security-shoring, pero al mismo tiempo buscar una mejor integración con China, que tarde o temprano se convertirá en la primer potencia económica del mundo.
«En México no podemos simplemente copiar y pegar la estrategia anti-China de EU, nos saldría muy caro. Sólo imagina un día sin importaciones de China, más de 80 por ciento son bienes intermedios, es decir, se paralizarían todas las industrias, y por consiguiente, nuestra economía.»