WELLINGTON- El ministro de Justicia neozelandés, Paul Goldsmith, dijo el viernes que decidió que Dotcom sea entregado a Estados Unidos para ser juzgado, poniendo fin, por ahora, a una interminable lucha legal. La extradición no tiene fecha aún y Goldsmith apuntó que se le concedería “un breve periodo de tiempo para reflexionar y asesorarse” sobre la decisión.
“No se preocupen, tengo un plan”, escribió Dotcom en X esta semana, sin ofrecer más detalles. Ira Rothken, de su equipo legal, indicó en la misma red social que se estaba preparando una solicitud de revisión judicial, en la que se pedirá que un juez evalúe la decisión del ministro.
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La larga batalla judicial comenzó en 2012, luego del arresto de Dotcom en una dramática redada en su mansión de Auckland junto a otros directivos de la empresa. Según la fiscalía, Megaupload recaudó al menos 175 millones de dólares, principalmente de internautas que empleaban la web para descargar ilegalmente canciones, series y películas, antes de que el FBI lo cerrara a principios de ese año.
Los abogados del millonario germano-finlandés y de los otros detenidos alegaron en su día que eran los usuarios de la plataforma, creada en 2005, quienes decidían piratear material, no los fundadores. Pero la fiscalía afirmó que los acusados eran los arquitectos de una vasta red delictiva, y el Departamento de Justicia lo describió como el como el mayor caso penal de derechos de autor en la historia de Estados Unidos.
Los acusados lucharon durante años contra la orden y criticaron la investigación y las detenciones, pero el Tribunal Supremo de Nueva Zelanda dictaminó en 2021 que Dotcom y otros dos hombres podían ser extraditados, en base a la decisión del ministro de Justicia.
Tres de los predecesores de Goldsmith, quien llegó al cargo en noviembre, tras un cambio de gobierno, no se pronunciaron al respecto.
Dos de los antiguos socios comerciales de Dotcom, Mathias Ortmann y Bram van der Kolk, se declararon culpables de los cargos en su contra en un tribunal neozelandés en junio del año pasado y fueron condenados a dos años y medio de cárcel. A cambio, Estados Unidos renunció a su extradición.