Cada vez es más común realizar pagos con tarjeta sin necesidad de introducir el PIN, pero ¿te has preguntado por qué?
¿Qué es el NIP?
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), el NIP es tu Número de Identificación Personal que se conforma por cuatro dígitos que se asocian a tus tarjetas de crédito o débito.
A pesar de que viene un NIP de origen con las tarjetas, este se recomienda cambiarlo y personalizarlo, es decir, el propietario de la tarjeta debe configurar un nuevo NIP a través de cualquier cajero automático de tu banco.
El NIP debe ser un número fácil de recordar para el propietario pero difícil de adivinar para un extraño, así que cuando establezcas tu NIP evita los números consecutivos y compartirlo con cualquier persona, aunque sea de tu confianza.
¿Por qué no siempre se solicita el PIN?
Esta práctica, aunque puede generar cierta desconfianza, se sustenta en una combinación de tecnología y políticas de seguridad. Son cuatro los motivos que la CONDUSEF enlista por los que no se solicita el NIP en algunas compras.
Cuando los montos son menores a 300 pesos, pues en algunas tiendas y establecimientos el pago pasa de manera automática cuando son montos bajos. Esto debido a que no existe un riesgo grande para el comprador ni para la entidad financiera.
Compras con tecnología NFC (Near Field Communication) en las que solo basta acercar la tarjeta de crédito o débito a la terminal bancaria para que la compra se haga automáticamente.
Compras en línea con tu tarjeta digital, en las que debido a que se omite la versión física del plástico no es necesario digitar el PIN. Sin embargo, en este caso deberás ingresar tu CVV o código de seguridad de la tarjeta que se conforma por tres dígitos.
Finalmente, los cargos domiciliados, es decir, aquellos que hayas cargado a tu tarjeta de forma frecuente, por ejemplo, las suscripciones a plataformas como Netflix u otros servicios de streaming. Pero, en estos casos también se te solicitará tu CVV.