Reproduciendo en la medida de lo posible la textura de las viejas cintas VHS, la televisión lineal e incluso las emisiones de radio en FM, el terror analógico (Analog Horror) se trata de una corriente de relatos audiovisuales enmarcados en el género de terror que nace del found footage, o metraje encontrado, cuyo principal rasgo unificador es que todas las piezas de horror analógico simulan haber sido creadas antes de la era digital.
Radios, televisores, consolas arcade, videocaseteras o videojuegos se utilizan para crear situaciones perturbadoras. Habitualmente, se toma alguno de estos formatos como medio principal para presentar situaciones paranormales o crímenes atroces.
En el terror analógico nos encontramos con series de videos de corta duración subidos a YouTube directamente por las “organizaciones” que crearon estos metrajes encontrados.
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Junto a una narración ambigua en segunda persona, se crea una naturaleza inmersiva única de este tipo de terror, donde tú directamente como espectador estás viviendo las situaciones narradas por cada uno de los videos.
El Terror Analógico no es una narración que suele estar protagonizadas por personajes, sino que se dedican a describir hechos extraordinarios y progresivamente más extraños a la manera de un documental o programa de TV. El metraje se presenta como real, por lo que muchas veces parece una ventana a una dimensión alternativa.
Sus raíces se encuentran indudablemente en El proyecto de la Bruja de Blair (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999), el gran bombazo del found footage, cuya sombra se sigue proyectando hoy en día sobre muchas webseries de terror.
El tipo de horror que causa el terror analógico bebe directamente del terror cósmico de Lovecraft y del legendario programa de La Guerra de los Mundos de Orson Welles.
Un horror que nace por situaciones catastróficas que están siendo narradas de forma ambigua, pero creando una inmersión lo suficientemente confusa como para creerte la ficción. Ese tipo de narración ambigua que difumina por omisión la barrera entre realidad y ficción es una de las grandes inspiraciones que toma el terror analógico.
MUY BIEN, ¿POR DÓNDE COMENZAMOS A VER TERROR ANALÓGICO?
Local 58, también conocido como Local58 WCLV-TV, es una creación de Kris Straub, a quien conocemos por el creepypasta Candle Cove del año 2009.
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Los vídeos son presentados como si se tratara de diferentes transmisiones y programas pertenecientes a la señal de un canal público de televisión llamado Local 58.
El total de cortos disponibles en YouTube son nueve, pero Kris ha publicado once (o sea que tienes tarea por delante), y son un binge watch garantizado. Sin compartir demasiados spoilers, sólo puedo decir tres cosas:
No confíes en la voz del GPS.
No escuches al gobierno, jamás.
No mires a la Luna, ni mires su luz.
The Mandela Catalogue es un poco más caótico en su organización, pero como dirían los angloparlantes, es la naturaleza de la bestia.
El proyecto combina cámaras CCTV, programas de dibujos animados religiosos, aplicaciones de mensajería instantánea y llamados telefónicos para narrar la historia de Mandela County, un condado ficticio ubicado en el sudeste de Wisconsin.
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Una drástica reducción de la población, la desaparición masiva de niños, extraños y perturbadores doppelgängers, un oficial de policía tratando de descubrir la verdad y una amenaza de proporciones bíblicas forman la esencia de Mandela Catalogue, al que su creador Alex Kister ha mantenido relativamente actualizado en los últimos dos años.