LONDRES — Después de un intento de asesinato relacionado con pandillas en la ciudad francesa de Marsella el año pasado, la policía encontró lo que parecía un rifle de asalto de juguete hecho de plástico y piezas de Lego.
“Pero el arma era letal”, recordó el coronel Hervé Pétry de la gendarmería nacional.
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En los últimos tres años, este modelo de arma de fuego semiautomática hecha en casa, conocida como FGC-9, ha aparecido en manos de paramilitares en Irlanda del Norte, rebeldes en Birmania y neonazis en España. En octubre, un adolescente británico será sentenciado por construir un FGC-9 en uno de los últimos casos de terrorismo en los que se ha utilizado el arma.
Un grupo en línea conocido como Deterrence Dispensed publica instrucciones gratuitas para construir el arma, un manual que propone que la gente de todo el mundo debe estar armada y preparada.
“Juntos podemos derrotar para siempre la violación en curso de nuestro derecho natural a portar armas, defendernos y levantarnos contra la tiranía”, dice el documento.
Este tipo de libertarismo estadounidense históricamente ha sido difícil de aceptar en muchas otras partes del mundo. Aunque algunos lo creyeran en teoría, las leyes estrictas dificultaban tanto la compra de armas que la ideología era casi irrelevante.
EL FGC-9 ESTÁ CAMBIANDO LA SITUACIÓN
“No solo es un arma. También es una ideología”, afirmó Kristian Abrahamsson, agente de inteligencia de la policía aduanera sueca. Decenas de rifles FGC-9 han aparecido en su país en los últimos años, aseguró.
The New York Times ha rastreado el crecimiento de los FGC-9 desde el proyecto de garaje de un entusiasta hasta una pistola letal en manos de insurgentes, terroristas, narcotraficantes y milicianos en al menos quince países.
Aunque en el internet se han diseñado y distribuido una infinidad de armas impresas en 3D, agentes de las fuerzas del orden a nivel internacional afirman que el FGC-9 es por mucho la más común. El arma es tan deseada entre los extremistas de la extrema derecha en el Reino Unido que la posesión y el uso compartido de su manual de instrucciones se considera un delito de terrorismo.
Nadie hace más por promover el arma y la ideología que su codiseñador, cuyo nombre en línea es “Iván el trol”. Es la figura emblemática de Deterrence Dispensed y ha aparecido en varios videos de YouTube y pódcasts, pero siempre bajo sus alias.
Varios documentos judiciales, registros corporativos e información publicada en sus cuentas de redes sociales vinculan al personaje de “Iván el trol” con un fabricante de armas de 26 años de Illinois llamado John Elik, quien es sobrino de un representante estatal y se ha convertido en una de las figuras más importantes de la incipiente industria internacional de las armas impresas en 3D.
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Las policías de todo el mundo consideran que esta industria es una amenaza para las restricciones que han limitado el acceso a las armas de fuego. En eso coinciden las autoridades y los partidarios del derecho a las armas.
El Times envió una solicitud de entrevista y un resumen de artículo a la dirección de correo electrónico de Elik. Una respuesta de una cuenta de “Iván el trol” se rehusó a responder las preguntas y señaló que no creía que iba a recibir un trato justo.
En Estados Unidos, una mezcolanza de leyes estatales regula las armas impresas en 3D. Illinois ha restringido la venta y posesión de componentes de armas caseras, excepto a comerciantes y fabricantes de armas de fuego. Debido a que Elik es un fabricante con licencia, no hay indicios de que esté infringiendo esa ley. La ley de Illinois les exige a los fabricantes que les agreguen números de serie a los componentes de las armas caseras.
Los videos publicados en línea animan a su audiencia a conocer sus leyes locales.
La mayoría de las armas producidas en masa en el siglo XX, incluso las que ahora se comercializan para la defensa personal, se diseñaron en un inicio para militares y cazadores. En contraste, el FGC-9 fue creado con el objetivo explícito de armar a la mayor cantidad posible de personas de a pie.
FGC es una abreviatura que representa lo que sus creadores piensan del control de armas. Nueve es por la bala de 9 milímetros que dispara.
El uso que le dan al FGC-9 los insurgentes que se oponen a la junta militar de Birmania es parte del plan declarado de los creadores del rifle, una materialización de la esperanza de que las armas puedan utilizarse para hacer frente al Estado.
En su correo electrónico al Times, Elik mencionó que era un error enfocarse en “policías europeos que se quejan de un pequeño número de armas recuperadas” y tiroteos en los que nadie resultó herido, “en vez del uso del arma como una herramienta de liberación”.
EL PROTOTIPO
El diseñador jefe del arma fue Jacob Duygu, ciudadano alemán de ascendencia kurda.
Alemania exige que los dueños de armas tengan licencia, pero Duygu quería poseer un arma de fuego a su manera. Se propuso la misión de darle a cualquiera las herramientas para hacer lo mismo, en especial en países con leyes estrictas de control de armas.
Según Rajan Basra , investigador del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización, quien ha estudiado la proliferación del FGC-9, Duygu desarrolló una afinidad por el libertarismo estadounidense y el derecho a portar armas consagrado en la Segunda Enmienda.
Duygu era conocido en línea como JStark, en homenaje al general de división John Stark, líder militar de la Revolución de las Trece Colonias.
Hay cuentas de redes sociales vinculadas a Elik que han expresado opiniones similares.
“Los civiles necesitan armas de asalto porque tener un arma hecha para matar gente es muy importante para la autodefensa”, decía una publicación, y agregaba: “Si está hecha para matar gente rápida y fácilmente, aún mejor”.
El diseño de Duygu se publicó en marzo de 2020 con el objetivo declarado de eludir las leyes sobre las armas de fuego. Las armas de fuego caseras existen desde hace siglos, pero la de Duygu fue un gran avance. El FGC-9 podía construirse completamente desde cero, sin piezas de armas comerciales, las cuales suelen regular y rastrear las agencias de seguridad internacionales.
Cualquiera con una impresora 3D comercial, cientos de dólares en materiales, algunos conocimientos de metalurgia y mucha paciencia podría convertirse en el dueño de un arma.
El lanzamiento del FGC-9 inspiró a los entusiastas de las armas a sugerir sus propias modificaciones. Entre ellos estaba Elik, quien desarrolló por su cuenta un proceso de bricolaje para hacer las ranuras en espiral, o el ánima rayada, dentro del cañón de un arma.
Un año más tarde, se publicó una nueva versión del FGC-9, la cual le deba el crédito de cocreador al seudónimo de Elik.
Basra y un investigador de seguridad, Nathan Mayer, vincularon por primera vez a Elik con las cuentas de “Iván el trol” utilizando pistas en línea después de que fue identificado en una demanda como dueño de un sitio web que promocionaba armas impresas en 3D. El Times reprodujo y se basó en esa investigación, por medio de fotografías y videos que publicó Elik de su casa y de campos de tiro en propiedades de su familia, incluida la de su tía.
Su tía, Amy Elik, es representante estatal republicana y defensora devota de los derechos a las armas. Votó en contra de la prohibición estatal de las armas de fuego de fabricación casera. No respondió a un mensaje en busca de comentarios.
Duygu fue hallado muerto en 2021 por causas no determinadas pocos días después de que lo interrogó la policía alemana. Elik se convirtió con rapidez en el vocero de más alto perfil del arma que habían creado y comenzó a desarrollar sus propios diseños de armas impresas parcialmente en 3D, incluidas versiones de un kaláshnikov y de una subametralladora MP5.
“Este mercado puro de ideas no fue creado por accidente, aunque tenga más éxito del que imaginábamos Stark o yo”, escribió en línea una de las cuentas vinculadas a Elik.
VIRIALIZACIÓN
El arma recibió atención por primera vez en diciembre de 2020, cuando Matthew Cronjager, un neonazi británico, fue detenido y acusado de intentar reclutar y armar una milicia. Entre los objetivos estaban el gobierno británico, judíos, personas gay, musulmanes y miembros de grupos étnicos minoritarios.
Cronjager, quien en aquel entonces tenía 17 años, había descargado un manual de Deterrence Dispensed para fabricar municiones de 9 milímetros y los planos del FGC-9. Fue detenido después de intentar pagarle a un agente encubierto para que fabricara el arma. Cronjager, quien después fue condenado y encarcelado más de once años, señaló que quería derrocar al gobierno e iniciar una revolución, según muestran los registros judiciales.
Ivaylo Stefanov, de la unidad de armas ilícitas de la Interpol, declaró: “Todo el mundo pensaba que iban a pasar décadas antes de que avanzara la tecnología y que las impresoras estuvieran disponibles para los ciudadanos particulares”.
La Interpol recibe notificaciones de incautaciones de FGC-9 al menos cada dos meses y Stefanov afirmó que era probable que muchas más no fueran reportadas. “Lo vemos incluso en países europeos que nunca habían tenido casos de este tipo”, afirmó.
El mensaje mediático de “Iván el trol” es que esto es hipocresía. Ha hecho notar que los gobiernos occidentales han armado a los insurgentes y líderes autoritarios del mundo con armas de guerra. “Estoy compartiendo un archivo de computadora”, mencionó en una entrevista en 2022. “Si soy culpable de compartir información, ¿qué serían ellos por hacer eso?”.
Según Stefanov y otros, conforme mejore la tecnología, lo más probable es que los fabricantes de armas aficionados puedan utilizar piezas imposibles de rastrear para hacer armas que disparen como ametralladoras. El gobierno del presidente Joe Biden está intentando regular los componentes de las armas caseras como armas de fuego, una medida que la Corte Suprema revisará pronto.
Cada vez es más frecuente que no solo entusiastas individuales y extremistas produzcan el FGC-9, sino también operaciones criminales que fabrican armas para venta o renta. Se han encontrado fábricas improvisadas en Australia, Francia y España.
“Hay un elemento ideológico evidente”, señaló Pétry, el agente francés. “Pero no hay que ser ingenuos. Más que nada, tienen un deseo de volverse fabulosamente ricos”. c.2024 The New York Times Company
Por Lizzie Dearden y Thomas Gibbons-Neff, TheNew York Times