Durante el sexenio actual, se han robado más de 200 mil toneladas de gas LP, lo que ha ocasionado pérdidas acumuladas por más de 70 mil millones de pesos, según afirmó Carlos Serrano, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas).
Este problema se concentra en cuatro estados de la República: Veracruz, Puebla, Estado de México y Tlaxcala, que entre enero y agosto sumaron mil 993 tomas clandestinas para el robo de gas, representando el 95.8% de los delitos detectados.
El presidente de Amexgas señaló que a esta situación se añade el pago de “derecho de piso” que la delincuencia le cobra a la industria legalmente establecida, llegando a exigir hasta 500 pesos semanales por cada instalación.
Según estimaciones de Amexgas, para el cierre del año se registrarán no menos de tres mil 848 perforaciones ilegales.
Esto llevará a la ordeña de 70 mil toneladas, solo en 2023, con una pérdida estimada por más de 22 mil millones de pesos.
El presidente de Amexgas indicó que el creciente robo de gas ya permite que la delincuencia organizada suministre entre el 20% y 25% de la demanda de gas LP en el centro del país, afectando a Pemex y al mercado formal.
¿CÓMO SE ROBAN EL GAS LP?
El ducto que transporta este combustible atraviesa varios estados, siendo la zona de mayor consumo y disponibilidad del combustible.
Una característica que han aprovechado los delincuentes para hacer crecer este negocio ilícito.
El presidente de Amexgas detalló que el robo de gas LP inicia con la perforación del ducto, para lo cual se requiere de destreza y conocimiento técnico.
Para realizar una toma clandestina se necesita que el ducto no tenga mucha presión, por lo que es muy frecuente que lo hagan de noche, con el fin de colocar una válvula y mangueras que permitan desviar el gas.
Llega gente, técnicos muy especializados. Llegan un grupo de cinco a diez personas, con equipo especializado para hacer esta intervención. Se conectan con un tubo y una manguera y extraen para llenar pipas grandes”.
Cuando extraen el gas LP, este sale en estado líquido y gaseoso, y con los equipos ilegalmente conectados llenan pipas con capacidad para 12 mil, 18 mil y 24 mil litros, las cuales son enviadas a los llamados “encierros”, es decir, bodegas o terrenos a los cuales llegan pipas de menor tamaño para el reparto directo al mercado.
En México operan 379 mil estaciones de carburación, sin embargo, de éstas, 45.6% son ilegales.
El movimiento del robo de gas es un problema considerable, ya que es un combustible altamente flamable, cuyo manejo por parte de la delincuencia organizada pone en riesgo la seguridad de la población.
*mcam