Kiev- A través de varias plataformas y formatos, Zelenski ha defendido el derecho de Israel a castigar a los responsables de la masacre al tiempo que ha subrayado las similitudes entre algunas de las acciones de Hamás en Israel y de Rusia en Ucrania (cohetes contra ciudades, tiroteos de vehículos, agresiones sexuales y secuestros de civiles).
Además, el presidente ucraniano ha insistido en destacar otro factor que conecta a ambos conflictos: el papel de Irán como potencia extranjera que apoya en los dos casos al agresor.
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En el análisis de Kiev, ambos conflictos parten del uso indiscriminado de la violencia a manos de actores integrados en una alianza de países y grupos terroristas que se caracterizan por su desprecio de la libertad y de la más básica noción de humanidad y que deben ser aislados y derrotados para garantizar la paz y el orden.
“En Kiev ven la situación actual como una tercera Guerra Mundial en la que Israel y Ucrania luchan en campos de batalla diferentes contra el mismo enemigo”, dice a EFE el profesor de la Universidad israelí de Bar Ilán Vladímir Zeev Janín, que nació en Ucrania y es especialista en el espacio exsoviético y sus relaciones con Oriente Medio.
Janín considera esta interpretación algo simplista, y advierte de que es poco probable que Israel tome medidas drásticas contra Rusia en el futuro inmediato.
Pero reconoce que la brutalidad del ataque contra Israel de un satélite de los socios iraníes de Moscú contribuye a perfilar un choque de alianzas en el que Ucrania e Israel están en el mismo bando.
Según explica el profesor israelí, la creciente cooperación militar con Irán que Rusia necesita para alimentar una parte de la maquinaria de guerra contra Ucrania abocan a Moscú a seguir apostando por su coalición con Teherán, cuya retórica habitual en favor de la aniquilación de Israel se ha materializado en las imágenes que deja la incursión de Hamás.
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El ataque organizado desde Gaza con la supuesta complicidad iraní hará más difícil a los partidarios de la normalización con los ayatolás defender su posición, lo que contribuirá a que Teherán afiance una condición de paria entre los países occidentales a la que ya ha sido condenada Moscú.
UNA OPORTUNIDAD PARA UCRANIA
Ilia Kusa, especialista en Oriente Medio del Instituto Ucraniano para el Futuro, coincide en advertir de que el cataclismo provocado por la que es la mayor masacre contra israelíes en las últimas décadas no supondrá un cambio radical en la política israelí de no enviar armas a Ucrania.
“No creo que esto cambie en el futuro inmediato, entre otras cosas porque Israel necesitará todos sus recursos para la guerra anunciada por el primer ministro Netanyahu”, dice Kusa en una entrevista con EFE.
Sin embargo, el experto sí ve la situación que se deriva de un ataque que ha sido descrito como el 11-S de Israel como “una ventana de oportunidad para que Ucrania renueve sus esfuerzos” para intensificar sus relaciones con el Estado hebreo.
Sobre la postura ucraniana en el conflicto a más largo plazo, Kusa cree que Ucrania deberá calibrar su postura mirando a la que tomen los socios europeos y norteamericanos de Kiev y los países árabes e islámicos ante la respuesta militar del Gobierno israelí en Gaza.
Ucrania depende de los primeros en armamento y financiación, y cultiva a los segundos para aislar más a Rusia en la escena global.
Vladímir Zeev Janín, el profesor israelí, piensa que Kiev tiene pocos motivos para pedir a Israel que llegue a un compromiso con Hamás, pues tal postura debilitaría su propio argumento de que es indispensable derrotar militarmente a Rusia.
Además de tener interés en su armamento, una parte significativa de la opinión pública ucraniana ve a Israel como un modelo de país que ha sabido defenderse solo de vecinos dispuestos a aniquilarlo, al tiempo que construía una sociedad próspera, democrática y altamente tecnologizada como la que aspira a crear Ucrania.
Esta identificación ha hecho de la negativa de los sucesivos Gobiernos israelíes a cortar relaciones con Rusia o enviar armas a Ucrania una cuestión particularmente sensible para los ucranianos, que, sin embargo, se han volcado en apoyar a Israel ante su día más negro.
Por Marcel Gascón, Agencia EFE.