Datos agregados de casi 7 mil 600 multinacionales durante 2019 y 2020 exhiben que persisten las discrepancias entre el lugar donde se reportan las ganancias y donde ocurren las actividades económicas, lo que favorece la erosión de la base gravable y el traslado de utilidades, y pone de relieve la importancia de implementar el acuerdo fiscal internacional
, reportó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El organismo destacó que se observan ganancias gravadas con pocos impuestos, independientemente de si se trata de países con cargas tributarias altas o bajas.
Más de la mitad de los ingresos en los que se impuso una tasa efectiva por debajo de 15 por ciento fue en economías con aranceles por arriba de ese margen.
El organismo, que en 2015 puso en marcha el Proyecto BEPS con el fin de estudiar las ingenierías fiscales de las multinacionales para reducir sus cargas de impuestos, expuso que durante 2020 lo recaudado entre grandes corporativos representó un promedio de 15.1 por ciento en las 116 jurisdicciones de las cuales hay datos. En México alcanza alrededor de 20 por ciento, muestra en un informe.
La erosión de las bases y la transferencia de ganancias (BEPS, por su siglas en inglés) forman parte de las estrategias de planificación fiscal de las compañías para aprovechar las discrepancias e inconsistencias existentes entre sistemas tributarios nacionales y cambiar artificiosamente las utilidades a lugares de escasa o nula tributación, donde apenas realizan alguna actividad económica, lo cual les permite eludir casi por completo el impuesto de sociedades.
De acuerdo con la actualización de estadísticas corporativas, presentada ayer por la OCDE, los datos de 2020 indican que la participación de la recaudación entre corporativos representó en promedio 3 por ciento del producto interno bruto (PIB) en las 116 jurisdicciones analizadas; en México estuvo cerca de 4 por ciento.
La OCDE detalló que las tasas legales de impuesto sobre la renta a las empresas se mantuvieron estables de 2021 a 2023, en torno a 21.1 por ciento. Con ello se detuvo la caída de este gravamen en las últimas dos décadas, cuando disminuyó drásticamente de 28.1 por ciento en 2000 a 21.3 por ciento en 2020
.
A la vez, la tasa efectiva promedio que se cobra a las corporaciones ha disminuido de manera modesta
pero constante a lo largo de cinco años, al pasar de 21.7 por ciento en 2017 a 20.2 por ciento en 2022, reportó la OCDE.
Algunos signos de estabilización de las tasas del impuesto de sociedades pueden deberse a la contención de los subsidios otorgados a las inversiones en investigación y desarrollo, que a menudo son consideradas un medio para atraer capitales móviles intangibles y pueden estar sujetas a fuertes presiones competitivas, explicó la organización.