Vicente Alfonso pasea por la Feria Internacional del Libro Coahuila (FIL Coahuila). Transita entre los estands, luego entra a los salones para presenciar alguna charla. Se detiene en la presentación del poemario Innecesaria, de Jessica Anaid. Escucha atento, se queda hasta el final y le extiende un ejemplar a su colega para que se lo firme.
El autor ha volado desde Ciudad de México, donde actualmente reside. Su participación en la FIL Coahuila, evento que terminó el pasado domingo en el municipio de Arteaga, incluyó la presentación de su libro Mark Twain: un viaje a contracorriente, el cual es publicado por la editorial Grano de Sal y contiene ensayos nacidos a partir de una serie de pláticas que el autor impartió en la Casa Estudio Cien Años de Soledad, entre febrero y marzo de 2023.
“Hay libros que uno tiene tiempo de planearlos y otros que surgen casi sin que uno lo sepa, y es el caso de este libro, Mark Twain: un viaje a contracorriente. Porque efectivamente, lo que sí tuvo una fase de planeación fue la serie de charlas que pude impartir en la Casa Estudio Cien Años de Soledad”.
Twain, cuyo nombre real fue Samuel Langhorne Clemens, es una figura que lo ha acompañado desde sus primeros pasos en la literatura y el periodismo. Lo considera un hombre sumamente interesante. Destaca la serie de profesiones que llegó a ejercer: periodista, impresor, minero e incluso piloto de barcos. La imagen de Twain surcando las aguas del río Mississippi, lo acompaña como el grabado de un aventurero.
Para este proyecto, Vicente Alfonso se montó en un buque literario y repasó las obras más importantes del autor estadounidense. “Subámonos de nuevo al barco a bordo del cual va el señor Samuel Langhorne Clemens”, escribe el lagunero en su libro. Babor y estribor, la brújula del viaje son palabras apuntando río arriba.
“Me da muchísimo gusto esto que comentas de la navegación espontánea. Es decir, qué más pedimos en la vida, sobre todo quienes somos lectores clavadísimos, lectores muy comprometidos con las obras de nuestros autores favoritos, qué más pedimos que hablar de sus obras. Yo prefiero hablar de la obra de García Marquez o hablar de la obra de Mark Twain, que hablar de mi propia obra”.
Vicente Alfonso lo escribe en su novela Huesos de San Lorenzo: “La realidad es una; sus lecturas, infinitas”. Algo similar ha encontrado ante las distintas lecturas de Mark Twain. Cada ojo arroja su propia imagen del escritor estadounidense. Incluso su hija pequeña se encuentra leyendo El príncipe y el mendigo.
“Lo que me he encontrado es que el fantasma de Twain me sale a cada paso y por muy distintos pretextos. Estuve en San Francisco hace algunas semanas y justamente me regalaron un libro de crónicas de un club literario, y una de estas crónicas comienza con una frase que podría servir para definir ese viaje: ‘El invierno más crudo que he pasado fue un verano en San Francisco’, y la frase se le atribuye a Twain; justamente nos retrata a un Twain muy ingenioso”.
La trayectoria del río Mississippi, a lo largo de sus más de 3.2 millones de kilómetros, es cambiante, impredecible. Tomar el timón sobre sus aguas puede implicar un reto destinado sólo a los más valientes. “¡Oh, capitán, mi capitán!”, canta un verso de Walt Whitman. Hoy el puerto de Vicente Alfonso se coloca en Coahuila, el estado que lo vio nacer en 1977; aunque un poco alejado de su hogar, que es Torreón.
“Me da muchísimo gusto venir a presentarlo. Agradezco de verdad a la Secretaría de Cultura de Coahuila, por la atención de permitirnos venir a presentar este libro que parecerá, insisto, dialogar con literaturas que nos quedan lejos”.
Ha caído un aguacero en la zona metropolitana de Saltillo, se puede apreciar a las nubes en su necedad de aferrarse a la sierra de Zapalinamé. El clima se ha humedecido, tal vez vuelva a llover más tarde. A Vicente Alfonso le impresiona que siempre que habla de Twain exista agua de por medio.
“Twain dijo que quería escribir una especie de Quijote, pero no tenía caminos, lo que tenía era un río. Por eso había lanzado a sus personajes a recorrer un río (en Las aventuras de Huckleberry Finn). Quiere decir que la literatura es saber adaptar las preocupaciones humanas al terruño. Y venir a presentar este libro al terruño es como la sensación de volver a casa”.
La voz de Vicente Alfonso deja de ser grabada. El autor toma uno de sus libros, se coloca a espaldas de un cuadro. Muestra el ejemplar a la cámara del teléfono celular y escribe una leve sonrisa en su rostro. Tal vez Mark Twain: un viaje a contracorriente, es también una especie de río Mississippi con riberas de páginas impresas.