Las empresas extranjeras están frenando aproximadamente 35 mil millones de dólares en inversiones en México debido a la incertidumbre relacionada con la propuesta de reforma judicial del gobierno federal y las próximas elecciones en Estados Unidos, según The Wall Street Journal.
La cifra procede de representantes de la empresa y asesores citados por el Journal en Un informe publicado el domingo bajo el título “Por qué la inminente reforma judicial de México asusta a las empresas estadounidenses”.

Aprobada por la Cámara Baja del Congreso la semana pasada, la propuesta de reforma judicial busca permitir a los ciudadanos elegir directamente a miles de jueces, incluidos los magistrados de la Corte Suprema y otros jueces federales.
Los senadores podrían votar sobre la reforma hoy mismo, y parece muy probable que el partido gobernante Morena y sus aliados tengan los números necesarios para alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para aprobar proyectos de ley constitucionales como éste.
El Journal informó que “las empresas estadounidenses están retrasando sus planes de inversión en México mientras analizan cómo una reestructuración del sistema judicial del país afectaría sus negocios con el mayor socio comercial de Estados Unidos”.
El periódico dijo que la reforma propuesta del poder judicial “ha preocupado a los inversores extranjeros que temen que los jueces queden en deuda con sus electores o con consideraciones políticas en lugar de con la ley”.


La inversión extranjera estancada, que asciende a unos 35.000 millones de dólares, se destina a proyectos en sectores que van desde la tecnología de la información y la fabricación de automóviles hasta gasoductos y infraestructura industrial, indicó el Journal.
Esa cantidad —casi equivalente a la inversión extranjera directa total en México el año pasado— aparentemente incluye unos 10 mil millones de dólares destinados a una “gigafábrica” de Tesla en Nuevo León.
Elon Musk, director ejecutivo de Tesla, dijo en julio que el proyecto estaba “en pausa”, no por la incertidumbre relacionada con la propuesta de reforma judicial, sino por la incertidumbre sobre las elecciones presidenciales de Estados Unidos y la posibilidad de que Donald Trump imponga aranceles a los vehículos fabricados en México si gana el 5 de noviembre.
La posición de Tesla sobre la reforma judicial no está clara, pero el ex embajador de Estados Unidos en México, Earl Anthony Wayne, dijo al Journal que los ejecutivos estadounidenses le han revelado que están pausando las inversiones en México mientras esperan a ver qué pasa con la propuesta de reforma judicial.


Larry Rubin, presidente de la Sociedad Americana de México, hizo comentarios similares la semana pasada y pidió al Congreso mexicano “tomar en consideración la voz de la inversión más importante del país, que es la inversión de Estados Unidos”.
Wayne, un Becario de políticas públicas en el Wilson Center y copresidente de su Consejo Asesor del Instituto México, dijo al Journal que a México le resultará difícil atraer inversiones nearshoring, crear empleos y combatir la pobreza si se aprueba la reforma judicial.
“México va a recibir mucha atención negativa”, dijo.
Otros 18.000 millones de dólares en inversiones ‘en juego’
El Wall Street Journal también informó que la propuesta de reforma judicial pone “en juego” otros 18 mil millones de dólares en inversión privada “que México necesita para cubrir la creciente demanda de electricidad para uso industrial”.
El Journal señaló que la Corte Suprema ha “bloqueado iniciativas políticas que podrían haber perturbado el sector eléctrico de México en violación del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá” (T-MEC), pero agregó que “algunos inversionistas temen que un nuevo tribunal electo las apruebe”.
Los magistrados de la Corte Suprema y otros jueces serían elegidos entre candidatos nominados por el presidente, el Congreso y el poder judicial.


El actual presidente Andrés Manuel López Obrador —el principal impulsor de la reforma judicial— y su sucesora, Claudia Sheinbaum, están afiliados a Morena, que también controla ambas cámaras del Congreso. Los críticos de la reforma sostienen que, por lo tanto, el presidente y Morena podrán llenar los tribunales con jueces que simpaticen con su agenda y eliminar así un control crucial sobre el poder ejecutivo y legislativo.
También les preocupa una propuesta de reforma separada que busca disolver una serie de agencias gubernamentales autónomas y absorber sus funciones en el poder ejecutivo, eliminando potencialmente otros controles al poder ejecutivo.
López Obrador y Sheinbaum rechazan las afirmaciones de que la independencia del poder judicial —y los flujos de inversión extranjera— están en riesgo por el plan de permitir que los ciudadanos elijan directamente a los jueces.
Este último aseguró la semana pasada que “la reforma al Poder Judicial no afecta nuestras relaciones comerciales ni la inversión privada nacional y extranjera”.
Otras campanas de alarma
El Wall Street Journal informó sobre una serie de otras preocupaciones en torno a la propuesta de reforma judicial. Señaló que:
- “Es probable que los costosos arbitrajes internacionales sobre derechos de inversión aumenten a medida que las empresas intentan evitar los tribunales mexicanos”.
- “Los préstamos corporativos en México también se verían afectados por la incertidumbre, según los banqueros”.
- La reforma corre el riesgo de “socavar las conversaciones para revisar el T-MEC en 2026, según Global Companies in Mexico, un grupo de altos ejecutivos de unas 60 empresas que operan en el país”.
- “El reemplazo del poder judicial también perturbaría los tribunales laborales bajo el T-MEC y violaría las disposiciones del tratado que exigen magistrados independientes, según la Cámara de Comercio Americana en México”.
La presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, dijo al Journal que la reforma, de promulgarse, violaría los acuerdos de libre comercio de México.
“Un Estado no puede invocar su derecho interno como excusa para no cumplir con sus obligaciones internacionales”, afirmó.
Juan Luis González Alcántara, otro magistrado de la Corte Suprema, también habló con el Diario.


“Es difícil imaginar un país que atraiga inversión extranjera o incentive la inversión nacional cuando no existen las condiciones mínimas de seguridad jurídica”, afirmó.
México se encuentra actualmente en medio de lo que se ha descrito como una “oportunidad única en una generación” para atraer inversión extranjera, pero hay una serie de factores que hacen que aprovecharla sea un desafío, entre ellos la inseguridad, los problemas de agua y electricidad, la falta de infraestructura y la incertidumbre sobre el estado de derecho.
También hay factores externos fuera del control de México que preocupan a las empresas extranjeras que ya tienen presencia aquí o están considerando establecerla.
“Una victoria en las elecciones presidenciales de Donald Trump, que quiere imponer más aranceles a las importaciones, complicaría la relación comercial entre Estados Unidos, México y Canadá”, informó el Journal.
Con informes de El Wall Street Journal